Presentado en sociedad el pasado 9 de Septiembre, el último ejercicio literario de Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, 1942), "A los actores", llega a Santander este
viernes, 16 de Octubre, de la mano del propio escritor y ex-cineasta. A las 19:30 h., en la Librería Gil (Plaza de Pombo), Gutiérrez Aragón, acompañado del periodista
y crítico Guillermo Balbona, presentará este ensayo, publicado por Editorial Anagrama dentro de su colección Narrativas Hispánicas, a caballo entre la teoría del cine
y las memorias en el que reconoce el trabajo de los actores en el lenguaje cinematográfico. Angela Molina, Clara Lago, Fernando Fernán Gómez, José Coronado, Ana Belén,
Oscar Jaenada, Eduardo Noriega, Alfredo Landa... son algunos de los nombres propios que se pueden encontrar en sus páginas.
Así pues, en este nuevo libro, Gutiérrez Aragón, miembro
"F" de la Real Academia Española y Premio UIMP a la
Cinematografía 2014, deja de lado la novela, género visitado en "La vida antes de marzo" (2009, Premio Herralde), "Gloria mía" (2012) y "Cuando el frío llegue al corazón" (2013). Al mismo tiempo, el escritor
cántabro pretende recuperar en un primer plano a los actores, a quien considera 'un poco al margen' en todas las escuelas de cine y 'en las grandes teorías sobre el
lenguaje del cine'.
Sin embargo, al mismo tiempo que retrata en una constelación de estrellas a algunos de los actores más populares de nuestro cine, Manuel Gutiérrez Aragón, quien les
califica de 'imprevisibles e imprescindibles', también se retrata a él mismo reflexionando sobre qué es la representación y la vida de cine. Desde la realidad hasta la
imaginación, el director de algunas de las películas de las que se habla en este libro convoca a sus personajes para construir un magnífico relato no exento de
crítica, pero, en cualquier caso, lleno de pasión por los actores.
Con "A los actores", Gutiérrez Aragón reivindica el 'conocimiento carnal', a su entender 'el primer conocimiento de una película, la cara y el cuerpo del actor o la
actriz, vistos ya en otras películas, en otras historias'. En este sentido, el propio autor reivindica esta idea frente a la mera consideración del cine como lenguaje,
apreciando en las reflexiones sobre el desnudo en el arte, especialmente 'el desnudo femenino, tantas veces pintado y tantas veces bajo sospecha. No hay desnudo
inocente, porque no hay filmación inocente'.