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Crítica: "Reposo absoluto", por Rocío Argüeso

¿Qué se puede esperar de una de las protagonistas de las últimas entregas de Scream? Mucho más de lo que la directora de esta película ha apostado. Lory Evans Taylor da el salto largo, lo hace al género del terror y qué mejor manera de hacerlo que con la ayuda de los productores de la mencionada saga. Juntos pretenden crear un filme basado en el terror de los sustos repentinos que deja mucho que desear para aquellos que estén buscando a esa protagonista de la franquicia del 'grito'. El psicológico se está haciendo su hueco, poco a poco, como uno de los subgéneros principales del terror. En Reposo absoluto se hace uso de éste pero de una forma distinta. Melissa Barrera aparece en las reformas de una casa antigua en la que próximamente quiere criar a su pequeña hija. Debido a un accidente que sufre un día mientras permanece sola en la casa supervisando las reformas, el médico la obliga a guardar reposo absoluto hasta que dé a luz. Este reposo se convertirá en un infierno para la protagonista cuando comienza a tener visiones que hacen que todos a su alrededor piensen que ha vuelto a recaer en su depresión postparto.


Desde el principio no faltan el suspense y los altibajos de emociones, contrastes que perduran hasta el final dejando al público bastante descontento. Un buen título terrorífico se caracteriza por dejarnos con la boca abierta, pero de los gritos a cada minuto, no de los bostezos después de cada escena. Reposo absoluto roza lo ordinario y lo fantástico. Cuando crees que ha llegado a su fin, la película tiene un vuelco sorprendente que es lo que hace que pierda por completo su credibilidad. Su protagonista no defrauda, y solo con su brillante interpretación logra que muchos se pongan en la piel de la embarazada y puedan comprender su dolor, pero toda la empatía se pierde cuando la normalidad se transforma en un ambiente espiritual y fantástico que hacen que una historia basada en el trágico embarazo de una madre desolada por un parto fallido se en que una situación del todo paranormal. De hecho, a veces lo fantástico supera la realidad y roza lo inverosímil. Este es uno de esos casos.


Con los sustos repentinos y los altibajos continuos crean un ambiente de terror clásico que no arriesga en ningún momento. Cuando llega al momento cúspide, lo paranormal se hace hueco y ese hueco no es bien recibido por el público. Es una pena que el potencial de la actriz principal se vea influenciado por un guion basado en lo convencional, con sustos que rozan lo sarcástico. Además, el final de Reposo absoluto deja de lado el terror para introducirse en la comedia y su desarrollo, con cada susto, hace que te replantees el género predominante. Aunque Melissa Barrera brille en toda su participación en Scream, aquí deja mucho que desear, pero se puede sobreentender que el guion tampoco era de sobresaliente. Una película corta, pero lenta, que hace que su hora y media parezcan más de dos horas. Se echa en falta una pequeña introducción a ciertos temas en los podría profundizarse más y, sobre todo, unos sustos que no sean tan predecibles como lo son cada uno de ellos desde el comienzo de la secuencia. Pero para poder dar opiniones no hay nada como verla uno mismo y comprobar todo lo fantástico que trae el filme.