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Crítica: "Misión: Imposible. Sentencia mortal. Parte uno", por Javier Collantes

Las franquicias cinematográficas, las partes, los números, son una de las señales que trasladan las heroicidades de un personaje en la ficción cuyas motivaciones quedan en la memoria del espectador. Cine de evasión, cine comercial, bien realizado, enardeciendo una 'librería' fílmica que entrega respuestas en torno a porqué el séptimo arte contiene la unidad del cine de evasión con calidad.


Es un ejemplo Misión: Imposible. Sentencia mortal. Parte uno, un relato apasionante que, en modo de 007 pero con otros índices, proyecta al espectador un film grandioso desde el punto de vista comercial, estilo y consecuencias positivas en cada tramo de su metraje de más de dos horas y media, una aventura de acción, emoción y entretenimiento, un film dirigido con gran acierto por parte de Christopher McQuarrie, con un sensacional montaje de escenas que sobrepasan al sentido gravitatorio del propio cine. Así ofrece una perspectiva de cine espectáculo, con una fotografía que asume sus colores de paleta vibrante y una banda sonora cuyos acordes encajan en perfecta combinación con lo trepidante de cada secuencia. Espionaje y persecuciones, agentes y amor, mirada de cine a su máxima potencia, magnífica, con un argumento, el de esta séptima entrega y pendientes de la octava, en el que Ethan Hunt y su equipo del FMI se embarcan en una nueva misión, extremadamente peligrosa, para localizar una nueva arma que amenaza al mundo, antes de que caiga en manos de gente muy peligrosa. Un viaje para salvar a la humanidad, la inteligencia artificial, dos llaves... En esta nueva carrera por la supervivencia, el viaje será un recorrido en moto, pero también submarino, con disparos y combates. Han pasado ya 27 años desde su primera acción, 1996, y ahora todo es más sofisticado. Tom Cruise inmenso en sus apariciones, él es la aventura. Se le unen habituales como Simon Pegg, Ving Rhames y Rebecca Ferguson, e incorporaciones como Hayley Atwell, un reparto coral extraordinario que aporta individualmente el matiz preciso.


Misión: Imposible. Sentencia mortal. Parte uno es cine para entusiasmar, una película tan impactante en su puesta en escena que resulta de primera división fílmica, en la claves del ámbito comercial, se disfruta y se pasa 'volando' en su mejor sentido. Ahora toca esperar a próxima llamada para comprobar que la superestrella de Cruise, en cada momento, siempre resulta sublime y permanece en forma.