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Crítica: "Suro", por Paco España

Mikel Gurrea hace su debut en el largometraje con Suro, deslumbrante trabajo que ha sido galardonado en el pasado Festival de San Sebastián, además de obtener los premios Fipresci de la crítica cinematográfica y el de la asociación de guionistas vascos, con el Premio Irizar del Cine Vasco, curiosamente una película hablada en un 90% del metraje en catalán y el 10% restante en árabe y francés. Una joven pareja de urbanitas decide aprovechar la oportunidad de trasladarse a vivir a una casa rural familiar para ganarse la vida allí, concretamente mediante la explotación de un bosque de alcornoques y la extracción del corcho consiguiente. Precisamente, el título Suro significa corcho en catalán, y también flotar. Ambas acepciones tienen un fuerte significado en el desarrollo de la película. Sus protagonistas absolutos son Vicky Luengo, que se encuentra en la cresta de la ola interpretativa desde su papel en Antidisturbios, y Pol López, que ya compartió reparto con la actriz citada en la reciente El sustituto.


Ambos están magníficos en sus respectivos papeles dando vida a una pareja que comienza a construir un proyecto de vida en común, pero a la que pronto se le revelan las grietas, fruto de las diferencias en los principios básicos de una vida juntos y de una actividad que les es ajena totalmente, como es la extracción del corcho. Ambas cuestiones plantean conceptos como la moral, la ética laboral y la solidaridad social, generando un enfrentamiento por la forma de entender la obtención de fines económico-burgueses que persiguen y los límites para conseguirlos. El guion es del propio Gurrea y de Francisco Kosterlitz, y se construye con pericia dejando, a lo largo del metraje, las semillas que van creciendo hasta que germinan adecuadamente en el desenlace final de la película.


Este título merece ser considerado como uno de los más importantes en una temporada sobresaliente del cine español y se emparenta, a pesar de sus diferencias, con Alcarrás, por desarrollarse en el ámbito rural en el que se busca la actividad que permita subsistir a la familia, y con Cinco lobitos, ya que también habla de la supervivencia de la pareja en un duro mundo laboral que hace difícil la coexistencia de éste con el ámbito familiar. También con As bestas por diferentes razones. Durante el visionado de la película me venía a la cabeza, de modo reiterado, la película Perros de paja, de Sam Peckinpah, en la que una pareja se asentaba en el entorno rural y el erotismo despertaba instintos animales que desembocaban en la tragedia. En el caso de Suro no es el erotismo, es la búsqueda del aburguesamiento rápido tomando atajos y decisiones que dejan de lado le ética y, lo que es peor, genera la traición a si mismos y a sus principios, siendo su relación la que se desintegra inexorablemente. Este título puede verse en Filmin.