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Crítica: "Escape Room: La película", por Paco España

Escape Room: La película, que está disponible en Amazon Prime y Apple TV, es una adaptación de la obra de teatro del mismo título que, con notable éxito, escribió y dirigió el propio director de la película, Héctor Claramunt, junto con el actor protagonista, Joel Joan, actor éste que no se prodiga demasiado en labores delante de la cámara ya que desarrolla gran parte de su actividad artística en Cataluña y en funciones diferentes a la interpretación, como la escritura de guiones, dirección para teatro y televisión, los tres libros de los que es autor, además de los cinco años que ostentó la presidencia de la Academia de cine catalán. Como actor, ya que tiene ese desempeño en la película de la que hablamos, disfrutó de una año realmente magnifico en 2000, en el que interpretó dos excelentes películas: Las razones de mis amigos, de Gerardo Herrero, y El corazón del guerrero, debut de Daniel Monzón en la que ya mostraba su gran capacidad cómica.


De la representación teatral, solamente la actriz Mónica Pérez repite en la versión cinematográfica, una actriz con una descomunal vis cómica que empezó en la compañía de teatro La Cubana, colaboró con Leo Bassi y demostró su capacidad para la comedia en la serie de televisión Homo Zapping. Aparte de los dos citados, también aparecen en el reparto Paula Vives, con varios trabajos para televisión en Cataluña, e Iván Massagué, con trabajos de mérito como El hoyo o Cerca de tu casa.


Escape Room: La película cuenta una situación en la que dos parejas, una de ellas de creación reciente, amigos entre si, entran en una de estas instalaciones de juego y ocio en la que tiene que resolver unos enigmas para poder salir, pero, lo que en principio parece un juego, se torna en una situación de suspense en la que afloran todos los puntos débiles de las relaciones interpersonales, como su posición política -que teniendo en cuenta que son catalanes, ofrece un amplio abanico para el conflicto y la auto parodia- y las relaciones sentimentales y de fidelidad en la pareja, llegando a conclusiones nada previstas. Situaciones, tanto unas como otras, de una comicidad notable, potenciada por intérpretes muy inspirados, con momentos realmente hilarantes. Una película que permite ser disfrutada ampliamente, solo en el caso en que el espectador tenga la capacidad para reírse de sí mismo, en caso contrario, probablemente le haga muy poca gracia.