La jefa supone la ópera prima del cortometrajista Fran Torres, que ha desarrollado su carrera entre la creación publicitaria, el teatro e, incluso, pequeñas apariciones como actor, algo que sucedió en El autor, de Manuel Martín Cuenca, con el personaje de portero de discoteca y aparca coches. Resulta llamativo el parecido más que razonable entre esta película que ahora comentamos y la última de Martín Cuenca, La hija, porque en las dos se pone sobre la palestra como una persona, aprovechándose de su superioridad social o laboral, pretende apropiarse, por una considerable cantidad de dinero, del hijo de una mujer joven que ha quedado embarazada en un momento nada conveniente para ella.
En las dos películas se aparta a la mujer embarazada, a una alejada casa rural, para que finalice su gestación lejos de las miradas de otras personas, hasta que se produzca el parto y el trato llegue a su fin. Hasta aquí las similitudes, aparte del propio título, ya que las diferencias semánticas entre La hija y La jefa son mínimas. La hija es una película mucho más silenciosa, en la que el trato se produce entre un profesor y una alumna muy joven. En La jefa, en la que hay diálogos casi permanentes, el trato es entre la directora de una empresa de moda muy importante, de carácter muy déspota y de constante superioridad hacia los demás interpretada por Aitana Sánchez-Gijón (Madres paralelas), y una joven sudamericana, ambiciosa y arribista, que es capaz de hacer lo que sea necesario por ascender en la empresa, sin ningún escrúpulo, interpretada por Cumelen Sanz, desconocida por estos lares. Evidentemente, en esta película los dos personajes principales se encuentran en un plano de poder más próximo -cada una de las dos mujeres tiene herramientas para ponerlas en frente de la otra-, mientras que en La hija el plano de indefensión de la joven es casi absoluto.
Otro de los puntos diferenciales entre las dos películas es el final: sin desvelarlos, el estilo de La hija es mucho más contenido y devastador al mismo tiempo, mientras que en La jefa da la sensación de que se les ha ido de las manos a sus responsables y termina en algo parecido a un festival 'gore'. La jefa es una película que tiene propuestas éticas de interés y ciertos desarrollos acertados, pero se queda en una película mediocre, con buena factura técnica y en la que resulta agradable contemplar el trabajo de este actor que siempre brilla, haga el papel que haga, por muy breve y sumario que sea éste, y que lleva por nombre Pedro Casablanc. Esta película puede verse en Filmin Premier, Rakuten, Apple y Google Play.