La vi ayer, y me encantó. El director, guionista, productor, editor de cine, ingeniero, filántropo y explorador marino canadiense, James Cameron, lo ha vuelto a hacer. Avatar 2: El sentido del agua es una maravilla de película donde la historia puede ser lo menos importante, incluso algo infantil. Es un disfrute visual, un prodigio técnico con un perfecto equilibrio entre los efectos 3D y los decorados y efectos reales a la antigua usanza.
Tres horas de película con un estupendo comienzo, una segunda parte un poco más floja e infantil (la adaptación de los na'vi azules del bosque a su nueva vida en el mar con los na'vi verdes parece más una película de Walt Disney) y una frenética, emotiva y estupenda hora final con toda la acción del buen cine de Cameron (y guiños constantes a Abyss, las dos primeras de Terminator, Aliens o Titanic). Una película para entretener, puro cine de evasión pero con mensaje: ecologismo, el cambio climático, los valores de la familia...
Eso sí, importante verla en 3D, otra vez auténtico 3D donde las imágenes tienen fondo y salen de la pantalla de tal forma que incluso podemos tocarlas. Visionarla en 2D solo es ver el 50% del film, verla en 3D es disfrutar del 100%. La escena: un sumergible se anega de agua al estallar el cristal protector del ventanal. Impresionante efecto realizado de forma artesanal y sin efectos digitales. Avatar 2: El sentido del agua, una portentosa película de ciencia ficción para ver en el cine en todo su esplendor.