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Crítica: "La maternal", por Paco España

Pilar Palomero, que ya deslumbrara hace un par de años con su debut en el largo con Las niñas, acaba de estrenar, después de su paso por el Festival de San Sebastián, La maternal. Es la historia de Carla, una niña de 14 años que se queda embarazada y es llevada por los servicios sociales a un piso donde conviven otras menores en su misma situación. Habitualmente vive con su madre, una mujer joven que no es muy capaz, ni económica ni emocionalmente, de llevar adelante a su hija, con amistades masculinas nada apropiadas ni para una ni para la otra. Carla tiene un amigo de andanzas, otro niño de su edad, con el que va y viene en bicicleta, juega al fútbol o se divierte viendo Internet. La película se inicia mostrando una secuencia en la que vemos cómo se ríen juntos viendo escenas pornográficas, por lo que podemos presumir que ese niño es el padre del bebé de Carla.


Cuando vemos compartir las experiencias a las niñas del piso de acogida, la película adopta un carácter prácticamente documental, incluso las chicas que intervienen lo hacen con sus nombres reales, en el que somos testigos de testimonios muy duros, ya que a su temprana edad han vivido situaciones de maltrato y violencia, aparte de la ansiedad y la angustia que les produce tener la responsabilidad sobre una nueva vida a una edad tan temprana. Pilar Palomero plantea con esta película un tema complejo y a la vez interesante, pero carece de algo fundamental en el cine, la concreción, lo que hace que la duración de la misma supere las dos horas sin ser necesario. Esto hace que pasemos por situaciones similares más de una vez, lo que produce una sensación de cansancio inevitable. Otras de las cuestiones controvertidas de la película es la de su protagonista, la jovencísima Carla Quílez, premiada con la Concha de Plata a la Mejor Interpretación en el certamen donostiarra, de la que no se puede negar un enorme magnetismo personal ante la cámara, pero ese magnetismo no habla de su calidad como actriz, habla de que, siendo como ella es, funciona muy bien en la historia y ante la cámara, pero no ha ganado el premio al mejor carisma, ha ganado el de interpretación y, para mi, la interpretación es algo muy distinto.


Además, estas personas tan jóvenes que reciben un premio de estas características no le pueden dar su dimensión real ni saben actuar con la mesura necesaria ante el micrófono cuando lo reciben, pronunciando discursos inacabables y repetitivos que no resultan nada apropiados. Es posible que Carla Quílez llegue a ser una buena actriz, pero eso es muy pronto para decirlo, de momento sabemos que es una crack en Tik Tok, en la que baila de maravilla, motivo por el que fue fichada por la directora, pero el cine es otra 'movida'. Es muy destacable en la película el trabajo interpretativo, éste sí, de Ángela Cervantes, como madre de Carla, a la que pudimos ver en Chavalas. Creo que la intención de Pilar Palomero para crear esta historia es muy loable, pero ha fallado a la hora de pulirla y dejarla en la esencia como hizo con su anterior Las niñas.