Bajo la faz de un título significativo se esconde y emerge en una película un nuevo tipo de infraestructura fílmica, mostrar o sugerir, todo o nada, una premisa que, a veces, se cumple cuando en el fondo de su escritura cinematográfica permanece un titulo de una película que piensas que es y, en su discurrir, es bien distinta a que pensamos qué era, qué es... Los cinco diablos, film de la cineasta Léa Mysius, obedece, en parte, a este ejemplo, con las preposiciones de, con, desde... un lugar, miedo, homofobia, racismo y una 'averiguación'.
Dirigida con un notable pulso, desde el punto de cámara, sin estridencias técnicas, el film nos presenta a una niña extraña y solitaria que posee un don extraordinario: el recoger todo tipo de aromas en frascos que puede reproducir cualquier olor, aroma que le guste y capturar el olor para ver y sentir los recuerdos en una transportación en el tiempo. La llegada de la hermana de su padre dará un punto de mira en su existencia, un amor incondicional por su madre, un acontecimiento pasado de su tía, una historia pasada... todo eso compone un relato, en principio, interesante, apasionante, estremecedora. Con cierto abuso de la utilización del 'flashback', y con un ritmo narrativo desigual, el film contiene los tonos de un relato naturalista, junto a espacios sensoriales, magnéticos y con hechicería, pero sus sensaciones son bien distintas. Jugando con arquetipos más propios de un telefilm de sobremesa, Los cinco diablos resulta fallida por momentos y su mejores bazas radican en unas notables interpretaciones, una excelente fotografía, paisaje y su notable banda sonora.
Al film le falta mayor sensación en las secuencias, una uso menos lineal en su relato, con determinadas escenas 'cortadas' sobre una mirada de 'marcas', sin conducir nada más que a una frialdad que no salpica. Los cinco diablos está lleno de tópicos, diálogos a veces impostados, cuya salvación se encuentra en una magnífica escena en un karaoke con una canción de Bonnie Tyler, un film que podría ser desgarrador y, sin embargo, el 'eclipse' no deja ver su extensión psicoanalítica de sus personajes, una película que no te marca y se marcha.