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Crítica: "Sin ti no puedo", por Paco España

La directora granadina Chus Gutiérrez es responsable de títulos tan importantes como Poniente, El calentito -título que la extinta asociación Sotocine premió junto a sus actrices, Ruth Diaz y Macarena Gómez- o Retorno a Hansala, que la propia cineasta presentó en los Groucho. Tras varios años con apariciones puntuales, tanto en el campo de la ficción como del documental, nos llega Sin ti no puedo, película que tiene una impecable factura, fruto de la experiencia de una larga trayectoria de una directora que comenzó hace 30 años, cuando aún no había llegado a nuestra sociedad este boom de la mujer, especialmente en el campo de la realización audiovisual, por lo que puede considerarse una de las precursoras, cuando ponerse al frente de una película siendo mujer tenía muchas mas dificultades que en estos días, aunque también las haya. Se nota la mano de la cineasta a la hora de la planificación de los planos, componiéndolos con acierto y estilo.


Otro mérito de la realizadora puede radicar en llevar un guión realmente simplón, repetitivo y de escaso interés, a un 'in crescendo' final que el espectador agradece, aunque resulte previsible. Sus responsables son Frank Ariza y Alicia Luna, que construyen una historia que comienza mostrándonos la disyuntiva de una pareja gay masculina a la hora de tener hijos, la adopción, la gestación subrogada... tornando en thriller cuando aparece un tercer personaje, familiar de un miembro de la pareja, que trae consigo los aires de un oscuro suceso del pasado, provocando, en la parte central de la película, una suerte de tiovivo que da vueltas incesantemente sobre si mismo sin dirigirse a ningún sitio, gastando los minutos necesarios para llegar al momento del desenlace. Resulta francamente irritante el constante subrayado de los dos miembros de la pareja, terminando en la palabra amor casi todas su frases: '¿quieres que tomemos algo, amor?', 'Como tu quieras, amor'... y así un montón de veces para que nos quede claro su condición de pareja de manera innecesaria.


Otro de los aspectos negativos es el trabajo actoral, contando como protagonistas con Alfonso Bassave (Estoy vivo) y el actor mexicano Mauricio Ochmann -ambos coincidieron en la serie de la cántabra Marta Hazas y el gallego Javier Veiga Pequeñas coincidencias-, que se pasan toda la película luciendo sus pectorales y poco más. El tercer personaje importante viene de la mano de la actriz, también mexicana, Maite Perroni. Ninguno de ellos luce de una manera especial. La mayor calidad interpretativa viene de la mano de personajes con menor peso en la trama, como la magnífica composición como gay maduro de Pedro Casablanc o las breves, pero jugosas apariciones, de Elena Irureta y Ruben Ochandiano. Sin ti no puedo, que puede verse en Amazon Prime, es una fábula con luces y sombras, que carga con un guion, en ocasiones plomizo, que hubiera merecido una cuantas versiones más de depuración para conseguir que la historia llegara a lugares interesantes.