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Manuel, en la UIMP, coloquio entre Mario y Ana

Durante su participación, la la semana pasada, en el curso Mario Camus, historias de papel y celuloide de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en colaboración con el Ayuntamiento de Santander, el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón comentó que 'desde el principio, Mario Camus y yo quisimos contar nuestras historias en nuestra tierra'. Para el director de Habla, mudita, el hecho de que algunas de sus historias transcurran en su 'tierruca', al igual que las de Camus, no ha impedido que trasciendan fronteras. Formado en la Escuela de Cine de Madrid, al igual que Camus, Gutiérrez Aragón lo ilustra con el caso de la película La vida que te espera. Cuando hizo ese film, el cineasta reconoce que 'claramente era una película pasiega, nos preguntamos si interesaría y me encontré en el Festival de Berlín con muchos colegas tuyos que decían que en sus países había gentes parecidas a los pasiegos. A veces lo local es lo más universal como han demostrado los americanos'.


Para Gutiérrez Aragón, 'independientemente de si eran o no adaptaciones literarias, la literatura influyó mucho en el cine de Mario Camus'. Aunque el celuloide de Camus es esencialmente conocido por adaptar obras como La casa de Bernarda Alba, la literatura influyó en todo su corpus cinematográfico, ya que, como recuerda el cineasta torrelaveguense, tiene que ver con 'una generación en la que la alimentación entre cineastas y escritores era en ambos sentidos'. El director comenta que 'la generación de cineastas como Camus era muy lectora y los escritores de su época eran muy cinéfilos'.


Al margen del curso Mario Camus, historias de papel y celuloide, pero dentro también de las actividades culturales programadas por la UIMP la semana pasada, Gutiérrez Aragón presentó el mediometraje documental Coloquio en la residencia (2010). El film pone en escena la relación epistolar entre Lorca y Dalí en su época en la Residencia de Estudiantes. En pantalla vemos a dos actores que leen cada carta delante de un atril. Para Gutiérrez Aragón, 'es algo muy sencillo, casi teatral'. La idea surgió 'leyendo las cartas de Dalí y Lorca que vi que era un intercambio casi coloquial entre los dos, una historia de amistad truncada'.


El director de la emblemática serie El Quijote, admite que 'no era una persona muy dada a las adaptaciones, me gustaba tener la libertad de crear las historias sin tener un precedente literario y cuando me ofrecieron hacer el Quijote lo dudé mucho, pero luego cuando me puse un poco a ello me di cuenta de que no era tan complicado'. Gutiérrrez Aragón ha recordado cómo sus amigos 'me desaconsejaron hacerlo, pero desde niño me había gustado Cervantes y de alguna forma mi estilo de cine es cervantino, tiene un realismo muy amplio que casi roza lo subjetivo o surreal'. Afortunadamente, salió victorioso del reto y se 'encontró muy a gusto con El Quijote'.


Gutiérrez Aragón es, igualmente, el descubridor de la nueva Marilyn, Ana de Armas. Al hacer una prueba a la actriz para Una rosa de Francia, el cineasta se dio cuenta que 'esta chica es estupenda para esto'. Gutiérrez Aragón aduce a la 'suerte' haberla encontrado a pesar de que 'fíjate que en Cuba no se hacen muchas películas'. Probablemente, 'si yo en lugar de Ana de Armas hubiese elegido a otra estaría quizás haciendo teatro en Cuba'. Su elección cambió la vida de la intérprete que desarrolló una carrera exitosa en España antes de dar el salto a Hollywood con hitos como convertirse en Marilyn Monroe en Blonde, cuyo estreno está previsto para el 23 de septiembre en Netflix. Finalmente, preguntado por el momento creativo en el que vive el cineasta, admite que 'estoy recopilando relatos antiguos y, con respecto al cine,no tengo ningún proyecto, pero cuando me preguntan si lo he dejado definitivamente le digo que cualquiera sabe'.