script

Crítica: "Fantasías de un escritor", por Javier Collantes

Libros, cine, teatro, realidad, imaginación, palabras, conceptos... que el cine distribuye en su particular lenguaje, otros dominios, otras expectativas. Todo escrito a veces, todo libro muchas veces, se convierte en una película, la toma de contacto del lector hacia la visión de un espectador en las maneras de juzgar desde su punto de vista una obra literaria, o una película, una opinión... En este sentido, Fantasías de un escritor es un claro ejemplo. Dirigido por Arnaud Desplechin, este film francés nos ofrece a través de una cámara 'sosegada', un relato basado en la novela Engaño, de Philip Roth, auto-ficción publicada en los años 90 cuyas reminiscencias en la película descansan en el tono teatral, magnética por instantes y desigual por momentos.


La película nos cuenta la historia de Philip, un escritor de mucho éxito, norteamericano, que vive en el exilio en el Londres de 1987. Su amante le visita regularmente a su oficina, un refugio para los dos. Allí se aman, hablan del amor, discuten sobre las mujeres y los hombres que marcan su vida, sexo, embarazo, fetichismo, cáncer, suicidio, misoginia, antisemitismo, literatura, y el intento de entenderse sobre 'cosas' y su relación. Encuentros a modo de terapia para comprender ¿qué les ocurre?, preguntas y respuestas cuyo tempo cinematográfico queda lastrado, en momentos, por un exceso de matices discursivos. A través de muchos episodios, Londres, Praga, Nueva York... se nos muestran pinceladas en exceso sobre confesiones introspectivas...


Con una elegante y maravillosa musa, su amante, se repasan con este 'escuchador' reacciones y opiniones, su mejor relato es la mujer, ella, que se encuentra con él, clarividencia sobre el estado de una relación apasionante. Con una fotografía de tono oscuro, pero que brilla en cada encuadre, y bajo un montaje de episodios acompañados de una banda sonora suave y tenue pero eficaz, Fantasías de un escritor suma las grandes interpretaciones de Denis Podalydès y la majestuosa Léa Seydoux, junto a Emmanuelle Devos,que entrega todo en su papel y, sin lugar a dudas, es el aspecto más destacable del film, un film irregular cuyo interés desaparece y pierde fuerza cuando no está en pantalla la amante inglesa, un escaparate de seducción falto de encaje.