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Crítica: "El juego de las llaves", por Luisma Lostal

Lo peor que le puede pasar a una comedia es no hacer gracia, y lo peor que le puede pasar a una película que trata sobre el sexo, los intercambios de pareja, los swingers... es realizarla en la 'dictadura del mundo actual' del 'todo políticamente correcto' (para no herir sensibilidades). De esos dos males padece la nueva película del director Vicente Villanueva: no hace gracia y no da morbo alguno. El guión es muy flojo, sin gracia, en un film de factura de serie de televisión. Pero lo peor de todo es que, en una película que trata sobre el sexo, no haya sexo, ni desnudos (no hay credibilidad y todo huele a falso en las escenas supuestamente sexuales), con planos y escenas de diseño (sexo de videoclip) estudiadas para no herir sensibilidades y que no crean el más mínimo morbo por lo absurdo de las mismas y la poca credibilidad que transmiten (nadie hace el amor vestido)...


Una película sobre el sexo pero sin sexo es como hacer un western sin vaqueros, ni indios, ni caballos, ni pistolas, o sea, un disparate total. Encima tiene moralina final que la hace más absurda y, ¿cómo no?, todos los tópicos del cine actual políticamente correcto. Los personajes, auténticas caricaturas: matrimonios aburridos sexualmente, deseos reprimidos (de intercambio de pareja), homosexual reprimido que sale del armario, la mujer (voluptuosa y carnal) liberada sexualmente que nunca se ha casado (aunque le encantaría), la canguro ¿rusa? que practica el 'bondage' (con los padres de los niños que cuida), celos con moralina final... Para colmo, el director se atreve con un homenaje a Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrick, que si éste levantara la cabeza... ¡nooo, mejor que no lo haga!


El abuso constante de primeros planos a cámara lenta (con canción incluida) restan aún más credibilidad si cabe a un film ya de por si falso, emparentándolo a la fotografía de los videoclips musicales. Los actores, eso sí, una sucesión de bellos y bellas, de modelos (¿nadie es feo o simplemente normal en esta película?), cuerpos perfectos, hacen lo que pueden (que ya es bastante)... Incluso aparece en un cameo el cantante Mikel Erentxun que yo creo le engañaron y no sabía dónde se metía. Miren Ibarguren, para mí lo mejor de la función junto a María Castro y Ricard Farré... pero el trío por si solo no salva la función. Un auténtico despropósito de película sobre el sexo pero sin sexo (como marcan los cánones actuales del todo políticamente correcto) que tampoco hace gracia. Una pena, ya que Vicente Villanueva anteriormente sí ha rodado buenas comedias: Sevillanas de Brooklyn (2021), Toc Toc (2017), Nacida para ganar (2016) o Lo contrario al amor (2011).