Con un titulo tan significativo en las películas, a veces nos podemos hacer una idea sobre qué veremos a través de las imágenes. ¿Qué historia?, ¿qué sensaciones?... Todo esto nos indica algo, con todos sus matices. A este ejemplo, completo y subjetivo, corresponde el film El engaño (Shattered, Destrozado), una apuesta cinematográfica por parte del director español Luis Prieto, cuya carrera fílmica es completamente de esencias del cine estadounidense, en sus momentos narrativos y expositivos, en cada encuadre. Dicho esto con admiración, Prieto disecciona en este film la sencillez de un relato de telefilm, muy digno, hinchado a la pantalla grande, donde su ritmo narrativo, sencillo y eficaz, digno, no engaña al espectador, una modesta puesta en escena cuyos clichés resultan eficaces y enérgicos, una tensión de ascensos y descensos, una apuesta por el thriller de clase B, tan auténtico como entretenido.
Así, su escenario, fotografía y banda sonora son presentables, elementos que funcionan a lo largo de un metraje ajustado, predecible si, pero bien apuntalado en cada segundo de sus secuencias, cine de suspense que descansa en sus homenajes a films clásicos como La ventana indiscreta y, sobre manera, Misery, dos grandes películas que permanecen en instantes de este relato. Su argumento nos presenta a un divorciado, millonario, hombre de negocios que vive en una casa de alta tecnología diseñada por él mismo en Montana, protegido física y emocionalmente del resto del mundo. Su vida es tranquila, segura...
Hasta que todo cambia a raíz de conocer a una mujer maravillosa, hermosa, alegre, positiva, misteriosa... que le sacará de su monótona existencia. Con un típico argumento de thriller convencional, el film, rodado con pulso firme, nos adentra en una historia de erotismo, invasión doméstica, sorpresas, suspense, violencia, estafas e intriga por parte de un director español afincado en Estados Unidos cuya labor y resultado final es satisfactorio. Sin ser ninguna obra maestra, ni pretenderlo, sí consigue su misión... Entre los aspectos destacados, el buen registro de sus intérpretes, como el papel de la actriz alemana Lilly Krug, Cameron Monaghan, Frank Gillo y el gran actor John Malkovich. Sobre esta base fundamental y sacar el máximo provecho de sus papeles, El engaño resulta una película que se ve y degusta con la mirada, un film de pulso potente... y esto, por lo general, es bastante.