Que La Casa de Papel ha sido un fenómeno mundial, es innegable. Por lo menos, así se lo reconoce Jimmy Fallon -en The Late Night Show- a Úrsula Corberó. Y que el final no está 'cogido con pinzas' es casi tan cierto como que el hype que han creado con Tokio les ha funcionado perfectamente.
Sin embargo, ¿qué hay de esas pequeñas formas de ganarse el cariño de los espectadores a punta de pistola? A pesar del -bien atado- final; que por otro lado, era complicado de prever, el papel de Nawja Nimri (Alicia Sierra) es una de esas decisiones de un personaje que el público acaba adivinando.
Puede ser que esa previsión sea lo que más saca al personaje de la historia. Por lo menos, en comparación con la evolución de la Comandante Sierra en la primera parte de esta última temporada. Lo que está claro es que el fenómeno ha traspasado fronteras. Tanto que, en Netflix Corea, ya han comprado los derechos de la serie y ya conocemos quién será 'El Profesor'.
Otra afirmación que me atrevo a hacer es que el final de la serie es una buena decisión. Ni finales felices encajados con mucho jabón, ni un final desastroso para esos personajes que, al fin y al cabo, han ganado el cariño del público general -a pesar de las bajas expectativas allá por el 2017-.