script

Crítica: "Pan de limón con semillas de amapola", por Paco España

Siempre que el director sevillano Benito Zambrano, formado en la prestigiosa escuela de cine y televisión de Cuba, estrena una nueva película, nos presenta un producto sólido, interesante y muy bien realizado. Esto ocurre desde su debut con la espléndida Solas, que ganara cinco premios Goya, entre ellos Mejor Guion Original y Mejor Dirección Novel. Tampoco debemos olvidarnos del magnífico western que nos entregó hace dos años, que llevaba por título Intemperie. Ahora nos llega esta película con título tan evocador como Pan de limón con semillas de amapola, que lleva el mismo nombre de la novela de Cristina Campos de la que se ha adaptado, una novela que, desde su nacimiento, ya tenía vocación cinematográfica ya que su autora ha sido coordinadora del Festival de Cine de Heidelberg en Alemania y en España es directora de casting para cine y televisión. Por ello, al mes de finalizar su novela se presentó en la Berlinale para su adaptación al cine, lo que pone de manifiesto el claro destino de la misma, que ya va por su 15ª edición.


En esta ocasión, nos encontramos ante un melodrama como una catedral gótica de grande, en el que vemos antiguos enfrentamientos familiares, relaciones románticas que atraviesan momentos difíciles, relaciones entre personas de diferente clase social y crisis graves de salud, entre otras. Pero lo que tiene claro esta historia es que quiere hablar de sororidad, de solidaridad entre mujeres ante situaciones difíciles, ya que los pocos personajes masculinos son o bien alérgicos al compromiso o directamente maltratadores, y son ellas las que, con su unión y actitud, llevan las situaciones al camino adecuado.


Este género del melodrama no es el que mas agrada como espectador, pero he de reconocer que, tanto su factura como la historia y las interpretaciones me hicieron pasar las dos horas de proyección como una exhalación y disfruté con amplitud de su visionado. En cuanto a las interpretaciones caben destacar las dos protagonistas, Elia Galera (La mujer más fea del mundo) y Eva Martín (Merlí) con un trabajo competente, pero brilla especialmente una actriz que no aparece demasiado, pero siempre que lo hace demuestra su calidad, como Ana Gracia (HIT), y, sobre todo, otra actriz menuda, pero menuda actriz, Claudia Faci, que, además de actriz, es bailarina, coreógrafa, autora, directora y mas cosas, y que da vida al personaje que tiene todos los secretos. La película gana en cada plano que aparece. El único defecto que se le puede poner a esta película es que se hace mucha referencia a personajes del pasado, que no aparecen, y eso crea cierta confusión en la narración, algo que no impide disfrutar de ella.