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Crítica: "Fast & Furious 9 (A todo gas 9)", por Javier Collantes

Como una avalancha de capítulos, continuaciones, series o sagas, el cine de consumo fácil, el que dicen de 'no pensar' se vuelve a presentar en pantalla grande con las normas de una clase de cinematografía que posee el don de las grandes recaudaciones en taquilla. Ahora es tiempo de cine asequible respecto a un tipo de espectador cuyas exigencias sobre una película son más básicas, expresado con todo el respeto que dicho espectador se merece, films de ver, disfrutar y olvidar hasta la próxima película. A este caso se corresponde Fast & Furious 9 (A todo gas 9), toda una franquicia efectiva cuyo inicio se remonta al año 2001 y que, una vez transcurridos los años, vuelve por sus fueros de 'velocidad' en modo de espectáculo circense sobre el alambre, donde todo vale más allá incluso de la lógica física, con coches, camiones y demás vehículos que dejan estupefacto al espectador.


Esta vez, el argumento vuelve a activar a Toretto, que lleva una vida tranquila con su hijo pequeño y trata de olvidar su pasado. Una amenaza de destrucción del mundo reúne de nuevo a su equipo para neutralizarla e impedirla. Para la ocasión se enfrentarán a un asesino altamente peligroso y un excelente conductor, un hombre que es el hermano desaparecido de Toretto. Como un huracán de ruido y explosiones, coches que vuelan incluso por la órbita del planeta Tierra, peleas, acción y diálogos muy simples, el film, a lo largo de un excesivo metraje, se salva algo en algunas secuencias, aunque por lo general todo resulta tan inverosímil, ridículo y patético que te dejas conducir por la aventura sin ton ni son.


Desde aspectos de efectos especiales a su banda sonora pobre, y con una dirección casi aprobada, Fast & Furious 9 (A todo gas 9) es una de las más flojas de la franquicia de estos rápidos y furiosos pese a sumar un reparto efectivo: Vin Diesel, Michelle Rodriguez, Helen Mirren, Charlize Theron, Tyrese Gibson, Kurt Russell y John Cena, figura luchadora de Wrestling, apuran una carretera fílmica agotada. La aportación de película comercial de esta entrega se realiza sin consistencia y sus valores se tienen que buscar entre ruedas y camiones que rompen la 'gravedad'... Fast & Furious 9 (A todo gas 9) triunfará en taquilla por circular de manera tan atronadora como vacía en fondo, forma y estilo, furiosa pero sin fuerza, rápida sí pero exagerada hasta decir basta, una película de electroencefalograma plano, estruendo sin más. Motores en marcha, próximamente la llegada de la número 10 ¿con otro gas?