script

Crítica: "Cosas que hacer antes de morir (Coses a fer abans de morir)", por Paco España

Tras su exitoso paso por La Mostra de Valencia, está disponible en FILMIN este retrato generacional de un grupo de amigos que pierden a uno de ellos por enfermedad. Aunque los papeles de los personajes están en torno a los 40 años, algunos de los actores pasa con creces los 50, tal es el caso del estupendo Sergio Caballero (Asamblea, La muerte de Guillem) o de Oriol Tarrasón, al que podemos ver actualmente en las series Amar es para siempre y El nudo. Aunque todos ellos y ellas defienden sus personajes a los que se les puede encuadrar en las edades requeridas por el guión. Cosas que hacer antes de morir (Coses a fer abans de morir) comienza con seis personas arrojando las cenizas de su amigo Sam al mar de una playa, aunque este amigo fallecido aparecerá en la película en numerosos flashbacks.


Durante el recorrido del film, los amigos del finado tienen que cumplir los deseos que cada uno de ellos ha escrito previamente en un papel, desde los absurdos, como su súbita aparición de todos ellos en una boda ajena, a los trascendentales, como la secuencia que el personaje de Marcos tiene con su padre, y durante tres días se centran en llevar a cabo todos y cada uno de esos deseos. Lo que comienza con un puñado de cuarentañeros descerebrados que, aparentemente, no tienen muy claros ni su presente ni su futuro, se va adentrando en un proceso de análisis psicológico de cada uno de ellos, en el que se puede apreciar que hay mas sustancia personal que la que, en primer término, daba la impresión. Las situaciones por las que atraviesan dan lugar a la risa, al llanto, a la decepción, al desengaño y a más aspectos que se desarrollan cuando son la amistad, la muerte, el amor, el sexo, las relaciones personales, los temas en los que se adentran.


Cosas que hacer antes de morir (Coses a fer abans de morir) está rodado en valenciano y en castellano, ambas lenguas se utilizan con absoluta naturalidad en las numerosas conversaciones, dándose el caso de que un personaje comienza una frase en un idioma y la termina en el otro o viceversa. Está dirigida por la actriz Cristina Fernández Pintado (El desentierro, Formentera Lady), que se reserva uno de los papeles importantes de la trama, y por el director de fotografía Miguel Llorens, siendo la ópera prima de ambos y logrando un retrato generacional que, si bien comienza titubeante, logra centrarse durante el desarrollo de la trama y consiguen entregar una película aceptable y honesta que plantea situaciones personales en las que muchos espectadores se pueden ver reflejados. Es inevitable emparentarla con una película fundacional de este género, la dirigida por el británico Kenneth Branagh Los amigos de Peter y, recientemente, dentro del panorama nacional, Litus, de Dani de la Orden.