Las actuales medidas decretadas en Cantabria para atajar la presencia de la Covid-19 incluyen el cierre de los interiores de los establecimientos de hostelería, motivo por el que las reuniones sociales, según el máximo permitido en cada momento por las autoridades sanitarias, se han trasladado, incluso pese a los episodios meteorológicos más adversos, a las terrazas, por extensión balcones, tanto domésticos como hoteleros. Con el deseo de que en un futuro más bien cercano la situación epidemiológica permita la reapertura de los locales, vaya a continuación nuestro homenaje y reconocimiento a los que en estos momentos, y siempre respetando la normativa vigente, se han convertido en espacios alternativos para la socialización cinéfaga y a los que confiamos volverá a serlo.
Una habitación con vistas, film dirigido por el prestigioso cineasta James Ivory, academicista, literaria, impecable en su composición, narrativa y exposición, apoyadas por un gran reparto, conforman una delicia en todos sus sentidos. Las sobresalientes interpretaciones de Helena Bonham Carter, Maggie Smith, Judi Dench y demás integrantes del reparto focalizan la mirada del espectador en una película que combina el drama de época, el romance y el virtuosismo. Un viaje a Florencia, una joven acompañada por su prima y dama de compañía, unas habitaciones con vistas a la ciudad, un padre y un hijo cederán las habitaciones para que ellas dispongan de mejores vistas... Con una ambientación y un diseño casi sublimes, el film es una pequeña joya de cine.
Lost in traslation, película casi de culto del año 2003, supuso para la cineasta Sofia Coppola un reconocimiento de estilo en su forma de plasmar el vacío existencial de dos personajes. Con dos interpretaciones magníficas de Bill Murray y Scarlett Johansson, su composición visual y banda sonora, junto al tratamiento de la historia, emiten en cada secuencia una emotiva historia evocadora, sensible y romántica. Un actor norteamericano en decadencia de su carrera artística acepta un trabajo para intervenir en un anuncio de whisky japonés en Tokio (Japón). Con una incesante crisis, el actor se pasa el tiempo en el bar del hotel, donde conoce a una mujer casada con un fotógrafo y aburrida por su situación en la ciudad. Una historia de luces cálidas pero lleno de profunda soledad.