Ha llegado el momento de dejar atrás 2020, inolvidable en muchos aspectos -y no precisamente todos buenos-, y de firmar un ejercicio de balance cinematográfico a través de la selección de las mejores películas del año, desde mi humilde punto de vista, dignas de destacar por su calidad y por las gratas sensaciones que han despertado en un servidor.
En el número 10, Beastie Boys Story, película documental estrenada en Apple TV+ del señor Spike Jonze en la que, a través de un show en directo con una innumerable cantidad de imágenes y vídeos de la banda, dos de los tres integrantes (vivos) de la formación musical repasan no sólo su carrera profesional sino la relación de tres amigos, sus inquietudes y la representación de toda una generación. Un homenaje a la música, la amistad, la juventud, la madurez y a la figura del desaparecido Adam Yauch.
Toda una demostración de poderío visual y narrativo por parte de Pixar Studios en el puesto 9 del ranking: Onward, un film tremendamente personal para su director y coguionista, Dan Scanlon, cuyo argumento está inspirado en el fallecimiento de su padre cuando él y su hermano mayor eran pequeños. Pese a estar ambientada en un mundo fantástico lleno de magia, la película es muy terrenal, la aventura a contrarreloj que viven sus protagonistas es entretenida y cautivadora, repleta de humor pero sobre todo de corazón: la relación de dos hermanos muy diferentes y la manera de afrontar la pérdida de un ser amado.
'No intentes entenderlo, siéntelo'. Con ésa frase se podría definir la experiencia cinematográfica del número 8, Tenet, último trabajo como cineasta y guionista de Christopher Nolan, un film de espionaje lleno de acción de máximo nivel pero con un factor novedoso: la inversión de objetos y personas (en lugar de ir hacia adelante en el tiempo lo hacen hacia atrás), una 'excusa' del señor Nolan para jugar con el espacio/tiempo, la realidad/fantasía, ofreciéndonos espectaculares secuencias y una trama tan enrevesada como intrigante que, una vez digerida, está abierta a todo tipo de conclusiones y teorías sobre ella.
Ocupando el 7, Richard Jewell, demostración magistral del talento como realizador de Clint Eastwood que vuelve al máximo nivel al que nos tenía acostumbrados en el pasado. Una historia, basada en un hecho real, muy bien estructurada narrativamente, con un elenco actoral magnífico -en especial sus protagonistas Sam Rockwell, Kathy Bates y sobre todo Paul Walter Hauser-, que profundiza en la falta de escrúpulos de los periodistas y medios de comunicación, así como la falta de civismo y profesionalidad de ciertos investigadores que utilizan la manipulación para ocultar la verdad.
Jojo Rabbit, comedia dramática ambientada en la II Guerra Mundial que maneja con grandísima destreza tanto los momentos divertidos como las muestras en pequeños esbozos del horror del nazismo y la guerra, se sitúa en el 6. Cinta original, amable, emotiva pero al mismo tiempo provocadora, absurda y delirante que parodia el nazismo y que hace un alegato a la vida y la alegría. Mención especial para la actriz Scarlett Johansson, sencillamente colosal.
Candidata al Oscar a la Mejor Película Internacional, Corpus Christi, el número 5, pequeña joya del director Jan Komasa, inspirada en hechos reales. Trata, de manera sobresaliente, la historia de un joven que reside en un Centro De Detención Juvenil quien decide hacerse pasar por sacerdote de una parroquia local. Impresionante la interpretación de su protagonista, Bartosz Bielenia, llena de humanidad y autenticidad en una obra digna de innumerables elogios donde no solo lanza un mensaje de fe, esperanza, perdón y redención, sino también una crítica a la hipocresía y los tabúes de la sociedad.
Ya cerca del podio, en el puesto 4, Mank, proyecto personalísimo del realizador David Fincher, quien, partiendo de un guión de su padre Jack Fincher, fallecido en 2003, nos ofrece una pieza tan fascinante como compleja. El punto de partida de la cinta, el proceso de escritura de la más aclamada obra del señor Orson Welles, Ciudadano Kane, del año 1941, sirve a Fincher hijo para ofrecernos una de sus propuestas más arriesgadas: una mezcla perfecta entre biopic sobre la figura de Herman Mankiewicz, interpretado magistralmente por Gary Oldman, una carta de amor al cine de los años 30 y 40, al proceso de creación pero también una feroz crítica a la industria cinematográfica, a los magnates de los grandes estudios y el lado oscuro de la construcción de películas sin olvidar mostrar el contexto político y social de la época, todo ello con una puesta en escena maravillosa.
En los lugares de honor, en el 3, 1917, una historia aparentemente sencilla, inspirada en relatos del abuelo del director de la cinta que fue mensajero en primera línea durante la Primera Guerra Mundial, narrada por Sam Mendes en un (falso) plano secuencia absolutamente extraordinario que alcanza las 2 horas de duración sin perder un ápice de intensidad e interés sobre la misión que nos están contando. Humana, dramática, llena de tensión, una aventura trepidante contrarreloj, grandilocuente y al mismo tiempo intimista realmente increíble.
Rozando el lugar más destacado, situándose en el número 2, El juicio de los 7 de Chicago, drama judicial basado en hechos reales con un guión impecable y diálogos perfectos del genial Aaron Sorkin, con un nutrido plantel de buenísimos actores y una historia rica en matices y sumamente bien narrada en la que Sorkin demuestra una sobresaliente labor en su tarea de realizador, muy equilibrada tanto en su tono de humor como la parte claramente dramática cuyo contrapunto intensifica con mucha fuerza su mensaje social y político así como su épico final.
Película inspirada en una historia real sobre el enfrentamiento de un abogado contra una gran empresa química y el sistema en el que arriesga tanto su familia como su trabajo por una fuerte convicción moral y su búsqueda de hacer justicia y encontrar la verdad, Aguas oscuras, es, para un servidor, la mejor película de 2020. Resulta tan reveladora como incómoda, terrorífica, dramática e interesante. Con una realización realista de Todd Haynes, unas perfectas interpretaciones de Mark Ruffalo, Bill Camp y Anne Hathaway, entre otros, y una muy buena trama, la cinta te engancha con fuerza y sin descanso hasta el final, despertando tras su visionado tanto una sensación de indignación como de reflexión.