Los centros comerciales de Cantabria, con las limitaciones de apertura los fines de semana y festivos, son protagonistas de la lucha anticoronavirus. El cine, a través de películas y secuencias, continúa siendo testigo de la vida cotidiana, y los centros comerciales, las tiendas de barrio y los comercios en general son escenarios protagónicos del día a día, tomas de contacto para historias de todo tipo.
El séptimo arte dilucida realidades y fantasías, ilusiones y regalos... una puesta en escena de la normalidad diaria en su modo de comprar, desear... el escaparate de la vida en modo secuencial. Recuerdo Smoke (1995), un guión de Paul Auster dirigido por Wayne Wang e interpretado por Harvey Keitel y William Hurt, una historia cuyo punto de partida es un estanco en Brooklyn, Nueva York. En el estanco, las confesiones de la clientela, una cámara de fotos, un novelista en crisis y un adolescente negro en busca de su padre..
También está La estanquera de Vallecas (1987), de Eloy de la Iglesia, con Emma Penella, José Luis Gómez y Maribel Verdú. Otro estanco, una estanquera con carácter y un atraco por parte de un albañil en paro y su amigo. Película muy apreciada en diálogos. Existen tantas películas de tiendas y centros comerciales, lugares y puntos de encuentro, que el cine siempre presenta la nueva visión de las cosas...