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Blanco roto entre memoria y recuerdo

La memoria, el silencio, la ausencia... Un ejercicio sobre todo esto es Blanco roto, de Pablo Escobedo, un encuentro dramático y documental con la memoria histórica que este sábado, 23 de enero, se estrena, a las 19:30 horas, en la Sala Argenta del Palacio de Festivales. Dos intérpretes, el propio Pablo Escobedo y Antonio Fernández bajo la dirección de Pati Domenech, son los encargados de poner en marcha este viaje, este recorrido por diversos personajes y escenarios. Diversos, pero con un denominador común: la memoria y/o la ausencia de ella, porque el olvido es precisamente eso, la ausencia de todo.


Blanco roto se presenta como un montaje sobrio, poético, realizado por dos intérpretes, sin limitaciones de edad o género. Porque la memoria y el olvido no entiende de distinciones, ni de bandos. Tan solo de personas, de ausencias y de palabras sin cerrar. Una propuesta que intenta bucear sobre el pasado, el futuro; lo que queda y lo que quedará sepultado por el olvido. La lista de Larrinoa, como se ha dado a conocer, saltó a la opinión pública en diciembre de 2017, cuando un jubilado vasco, que buscaba a su tío desaparecido durante la Guerra Civil, encontró, con la colaboración del actual párroco de la localidad cántabra de Limpias, unos documentos en los que se identificaban los restos de 74 soldados enterrados tras fallecer en el frente.


Un viejo ejemplar de defunciones de la época, escondido entre volúmenes de bautizos y matrimonios, recogía los nombres, apellidos y motivo de la muerte de estos miembros del Ejército republicano, que perdieron la vida en distintas circunstancias en los valles del Asón y Agüera entre 1936 y 1937, principalmente en el hospital de campaña instalado en el Palacio Eguilior, donde ahora se encuentra el Parador de Limpias. El enterramiento ha permanecido desconocido y en el olvido durante todos estos años, y solo gracias al empeño de este jubilado vasco es posible recuperar la memoria de los fallecidos.