El arte de volver es el primer largometraje del director madrileño Pedro Collantes, pero no me atrevería a decir que es su 'ópera prima' ya que tiene una dilatada carrera como cortometrajista con nueve trabajos de enorme calidad que ha rodado en lugares tan diversos como Francia, Noruega, China o Japón, tal es el caso de 15 summers later, Hourglass, Eskiper, Serori, Nothing stranger, Off ice o Ato san nen (Tres años más). Tras esta dilatada trayectoria, presentó el proyecto de esta película en la Biennale College de Venecia de 2019 que promueve los trabajos de jóvenes realizadores y donde ha sido el primer director español seleccionado.
Con un presupuesto de 150.000 € y 11 días de rodaje, cifras inimaginables para cualquiera que se encuentre cercano a la producción cinematográfica, Pedro Collantes ha logrado construir, con una profundidad poco habitual, el primer día en el universo personal de un joven actriz que vuelve a su entorno tras varios años de ausencia. Para ello no ha necesitado más que 90 minutos de metraje y las ideas muy claras. El arte de volver es poseedora de un profundo clasicismo que bebe de Homero y su Ulises, regresando a su hogar en Ítaca, algo que ya hicieron David Lynch en Una historia verdadera, los hermano Coen en O Brother! y Theo Angelopoulos en La mirada de Ulises.
En el caso de la película de Collantes, Noemí, la protagonista, pretende hacer su propia viaje a Ítaca, sin saber a ciencia cierta donde está ese lugar emocional al que tiene que llegar. Para ello, como el propio Ulises, se encuentra por el camino a varios personajes, unos conocidos por ella y otros no -familia, amigos, desconocidos-, pero todos le indican una dirección que ella debe decidir si toma o no. La protagonista absoluta de esta 'emocional-movie' es Macarena García, 'la tercera Javi', que tiene en su poder un verdadero caramelo de personaje, que defiende con orgullo y le lleva a unas cotas de calidad interpretativa que no había alcanzado hasta el momento.
En su camino se encuentra con personajes interpretados por Celso Bugallo (Cenizas del cielo), Ingrid García Jonsson (Explota, explota), Nacho Sánchez (Diecisiete), Luka Peros (Black Beach) y las menos conocidas Mireia Oriol y Lucía Juárez, y todos, sin excepción, hacen un estupendo trabajo en defensa de su personaje. Pedro Collantes se considera un montador, como acredita su intervención en este área en la reciente serie Andisturbios -encargándose del montaje de dos de los episodios-, ya que en esta función reside una gran parte de la construcción cinematográfica, pero con esta película demuestra al mundo su buen pulso global en la creación emocional del su cine.