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#JuntosPorElCine y #PorAmorAlCine #01, por Jesús Caro

Con la mirada puesta en la reapertura escalonada de los cines en nuestro país, y sus lógicas restricciones debido a la actual situación provocada por el coronavirus, se abre la oportunidad de reencontrarse y disfrutar de la experiencia cinéfila como actividad cultural, lúdica y de evasión...


... también como recurso cinematográfico utilizado en un sinfín de largometrajes, elemento socializador o escenario donde pueda suceder algo aterrador, e incluso despertar sentimientos nostálgicos. Por ejemplo, entre mis títulos favoritos en este contexto, la secuela Scream 2, de 1997.

En el inicio de la cinta, una pareja, la formada por Jada Pinkett Smith y Omar Epps, decide ambientar su cita asistiendo al preestreno de una cinta de terror, Puñalada (sin duda, visto con el tiempo, la opción de una película romántica protagonizada por Sandra Bullock era mucho mejor para ellos).


Rodeados de espectadores con careta de Ghostface, toda una celebración de júbilo y diversión, y una amenaza acechando en forma de asesino enmascarado, un espacio común se convierte en un elemento claustrofóbico, potenciando la intriga y el devenir de los sucesos de una sangrienta introducción.