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Crítica: "Les Perseides", por Paco España

Les Perseides se ha podido ver en el pasado Festival Internacional de Cine de Gijón, en L’Alternativa. Festival de Cinema Independent de Barcelona, en el Festival du Cinema Espagnol de Toulouse – Cinespaña, en Márgenes de Madrid... además de festivales de Uruguay, Bélgica y Buenos Aires. Evidentemente se trata de una propuesta independiente y minoritaria que encuentra en estos festivales, y en plataformas como Filmin, su hábitat natural, en el que puede ser conocida y disfrutada por numerosos aficionados a un cine alejado de los estándares comerciales de la exhibición cinematográfica.


La película, con una duración inferior a los 70 minutos, cuenta la historia de una niña de nombre Mar, preadolescente que viaja con su padre separado desde Barcelona, su lugar de residencia habitual, hasta un pueblo de Aragón, del que su padre es originario. Allí se encuentra completamente desubicada, hasta que descubre las grabaciones de unos poemas que jalonan en voz en off, incluso antes de ser descubiertas, el metraje de la película. Mar, junto con otra joven de su edad, va recorriendo el entorno rural y las ruinas de factorías pretéritas, al tiempo que se introducen en un pasado que aporta un gran número de incógnitas en un tiempo marcado por los excesos de poder que genera una guerra y más si es entre hermanos.


Les Perseides es una película pausada, que necesita ser vista y saboreada con atención y paciencia para obtener los frutos apropiados, que nunca están a simple vista. Bajo una superficie de aparente calma bulle una tormenta de historias familiares que han marcado los caracteres de los humanos que viven sus vidas en la actualidad. Destaca el trabajo de la jovencísima (11-12-años durante el rodaje) Nora Sala-Patau, protagonista absoluta de la película y portadora de un personal magnetismo. Es la encargada de transmitir la inseguridad propia de su edad, los primeros andamiajes de una edad adulta que se asoma no demasiado lejana, al mismo tiempo que tiene que manejar el desarraigo por la separación de sus padres y el alejamiento temporal de su círculo de relaciones de la gran urbe, a la vez que se va introduciendo en su memoria histórica familiar mas cercana.


También destaca, y mucho, que todos los jóvenes responsables de esta película, dirigida por Alberto Dexeus y Ànnia Gabarró, intenten y consigan abordar un tema tan importante como la recreación de la memoria histórica, desde un prisma poético, en el que las heridas de las víctimas y los sentimientos de los verdugos deben ser cauterizados, pero siempre a tumba abierta, con luz y taquígrafos.