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"Pascua sin 'cuarestema' de cine III", por Javier Collantes

Dirigida por Ingmar Bergman, uno de los grandes cineastas de la historia del séptimo arte, El séptimo sello (1957) es un título inolvidable que nos ofrece un relato, con una cierta alegoría y en una clave religiosa, sobre el sentido de la vida y la muerte, una proyección fílmica de iluminación asombrosa.


El séptimo sello nos traslada a la Suecia de mediados del siglo XIV, un espacio tiempo en el que, transcurridos 10 años de combates en las Cruzadas, la peste negra asola todo el continente europeo, momento en el que un caballero atormentado y su fiel escudero vuelven a la Tierra Santa.


Experimentando dudas sobre la vida y la fe, el caballero se encuentra en este peregrinar por un camino escénico, juglares incluidos, con la Muerte, que le reclama para llevarle a su lugar. Con la esperanza de obtener respuestas sobre cuestiones existenciales, le propone una partida de ajedrez.


Con intérpretes como Max Von Sydow, Bibi Andersson, Gunnar Bjornstrand, Bengt Ekerot... y a modo de dilema tirando de fotografía esencial, la búsqueda de Dios y la muerte se exponen de forma magistral en El séptimo sello, un film que, en Semana Santa, camina hacia los confines de la Tierra.