Otro año más, y tras ver mucho cine en salas oscuras y en la comodidad de mi casa, me dispongo a hacer la lista de las películas que más he disfrutado por una u otra razón en el 2019 que acaba de terminar. Posiblemente alguna se me haya olvidado por el camino, pero, como dice el dicho popular, 'no están todas las que son, pero son todas las que están', un ranking ordenado de menos a más, del 16 al uno y continuando mi artículo Lo mejor (made in Spain) de 2019 que se puede leer AQUI, en clave internacional.
Aunque no llegan a mi Top 16, no por ello están fuera de lo más disfrutable por servidor este año que acaba... entre ellas me encantaron: Pájaros de verano, El Gordo y el Flaco, Los hermanos Sisters, Infierno bajo el agua, Ghostland, Mula, Rocketman, Border, La casa de Jack, Los miserables, Puñales por la espalda, Le Mans’66, La odisea de los Giles, Doctor Sueño, Noche de bodas, Cafarnaúm, Nosotros, La casa del terror, Pequeñas mentiras para estar juntos, La luz de mi vida, La caída del imperio americano y un largo etcétera.
En el número 16 comienzo con Keepers, el misterio del faro, de Kristoffer Nyholm. Me encantó este thriller de suspense victoriano con influencias de Julio Verne…y ese faro perdido en el fin del mundo. Sigo con El irlandés, de Martin Scorsese, simplemente porque es el regreso del genuino cine negro de Scorsese acompañado del mejor De Niro, Pacino, Pesci y Keitel... la realeza de Hollywood. A continuación, Midsommar, de Ari Aster, terror real sin concesiones en una película hipnótica sobre el poder de las sectas.
En la misma línea, Utoya, 22 de julio, de Erik Poppe, otro terror real contado en un solo plano secuencia hasta la extenuación. Toma el relevo Sombra, de Zhang Yimou, la vuelta del mejor Yimou con una película de fotografía irreal y bellísima al servicio de una historia coreografiada de combates y artes marciales en la China antigua. Concluyo este previo con La sombra del pasado, de Florian Henckel von Donnersmarck, un efectivo drama sobre las consecuencias de los actos en el nazismo con toques de thriller que no deja indiferente.
Entro en el Top 10 con Historia de un matrimonio, de Noah Baumbach, porque lo que narra, sin concesiones, es lo que ocurre todos los días a miles de parejas creando mucha empatía entre los espectadores que pasan (o ya pasaron) por lo que cuenta la película. Geniales interpretaciones de Adam Driver y Scarlett Johansson. A continuación, Parásitos, de Bong Joon-ho, perfecta simbiosis de intriga, comedia, drama y thriller para esta original historia estupendamente narrada sobre las envidias sociales y la diferencia de clases.
Erase una vez en... Hollywood, de Quentin Tarantino, porque la disfruté como buen cinéfilo hasta el último minuto y por ese final magistral que cambia la historia y que no esperas en ningún momento. El regreso del mejor Tarantino, DiCaprio, Pitt y Robbie. Green Book, de Peter Farrelly, porque su historia por la América profunda me encantó y su final me hizo llorar de emoción. Excelentes Viggo Mortensen y Mahershala Ali que se llevo el Oscar al mejor actor de reparto.
La forma de rodar de Yorgos Lanthimos me recuerda sobremanera al gran Stanley Kubrick, y sólo por eso La favorita merece el sexto puesto de mi lista, aparte de por la historia que cuenta y las geniales interpretaciones de Olivia Colman, que se llevo el Oscar a la mejor actriz, Emma Stone y Rachel Weisz. Una película en que todo es sobresaliente. En el Top 5, Los muertos no mueren, de Jim Jarmusch. Una película de zombis diferente, con terror y comedia pero sin perder la esencia del mejor Jarmusch de los 80 y 90. Muy entretenida gracias a su estupenda puesta en escena y las estupendas interpretaciones de Bill Murray, Adam Driver, Chloë Sevigny y demás elenco que no entienden como hay zombis… si los zombis no existen.
Joker, de Tood Phillips, una película de superhéroes sin superhéroes. Un disfrute sin igual. Un ritmo vertiginoso. Un guión fantástico y lo mejor, un Joaquin Phoenix que ha creado unas coreografías imitadas en todo el mundo y que está de Oscar... no... lo siguiente. Midway, de Roland Emmerich, porque, como buen conocedor que soy de la batalla que cuenta y de la 2ª Guerra Mundial en el Pacífico, he de reconocer que esta vez Emmerich ha realizado su mejor película sin lugar a dudas cuidando tanto el guión como lo que cuenta con total acierto histórico, todo ello aderezado con momentos épicos de gran realismo y unas imágenes y efectos visuales espectaculares. Siempre me gustaron las películas bélicas y Midway no iba a ser la excepción.
Señor, de Rohena Gera. Esta sencilla película hindú me encandiló desde el primer momento... es una joyita, una maravilla. Me enamoré de Ratna, de su rostro, de su drama, de su sueño de ser modista y mejorar su vida en la conservadora cultura de castas de la India. Una película rodada con gran sensibilidad y sutileza. Te emociona, lloras y te enamoras de la protagonista… una genial Tilotama Shome estupendamente secundada por su enamorado 'señor' Vivek Gomber. Una obra maestra.
Y en el número uno, Ad Astra: Hacia las estrellas, de James Gray, porque sencillamente es la mejor. Un prodigio de producción, unos efectos visuales magistrales y de gran realismo, una historia y un tempo hipnótico y sensorial, un Brad Pitt de Oscar que se sale, una estupenda banda sonora electrónica a cargo de Max Richter y Lorne Balfe que recuerda a los mejores Tangerine Dream,.. Película deudora de la ciencia ficción adulta y profunda: 2001: Una odisea del espacio, Solaris, Gravity, Interstellar, First Man – El primer hombre... Una odisea espacial a los confines de Neptuno, con escalas en la Luna y Marte, que te llevan a terrenos místicos y metafísicos transcendiendo la historia y aventura espacial que cuenta. Es El corazón de las tinieblas planetario a los confines del Sistema Solar. Una película de extraordinaria profundidad contada de forma magistral. Ad Astra: Hacia las estrellas realmente me trasladó a nivel introspectivo, psicológico, emocional y sensorial a Neptuno... 'y más allá'. Viajé 'realmente' con Roy McBride en su aventura espacial. Una obra maestra sin lugar a dudas.
La gran decepción de 2019 ha sido La gran mentira, de Bill Condon. A pesar de contar con los estupendos actores Helen Mirren e Ian McKellen y contar una trama de intriga interesante, la historia se desinfla totalmente en sus últimos 25 minutos por culpa de un torpe desenlace final de lo más tópico, ridículo, ñoño, infantil e inverosímil que se carga la película y decepciona al espectador. Una pena.