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Crítica: "Jojo Rabbit", por Javier Collantes

En las diversas temáticas sobre el nazismo, el exterminio judío y los ángulos narrativos de una historia tan nefasta para la humanidad sobre uno de los genocidios más atroces que el mundo ha tenido que ver y sufrir, sobre el asesinato en masa de millones de seres humanos, el lenguaje cinematográfico ha expuesto con sapiencia un tema tan horrible como totalmente justo en las imágenes en una pantalla, libros, testimonios, películas... que en su forma de mostrar fragmentos, imágenes potentes del recuerdo sobre el holocausto.


Es de un modo distinto como el cineasta Taika Waititi dirige e interpreta un film peculiar, en su manera de narrar un relato del nazismo, con las connotaciones de una fábula, una sátira, en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, con los ajustes de cuentas sobre la figura y movimiento en el Tercer Reich. Así, sus presuntas semejanzas con films como La vida es bella y El chico con el pijama de rayas se quedan a años luz fílmicos del título que nos ocupa, Jojo Rabbit, excelente relato tan emotivo, lleno de sarcasmo, sensibilidad en condiciones, que en cada secuencia destila, emite cine de mucha clase, nivel, en todos sus órdenes.


El relato nos cuenta la historia de un niño de diez años alemán que pertenece a las juventudes hitlerianas, que convive con su madre, que esconde a una chica judía en su propia casa. 'Jojo' tiene dos amigos: uno real, seducido por dicho movimiento, y un amigo imaginario, llamado 'Adolf Hitler'. El conocimiento posterior de la chica judía que habita en su casa será el detonante, junto a otras circunstancias familiares, de cambiar su visión del mundo en que vive, de sus miedos y sus descubrimientos en todos los sentidos.


Con dicho argumento, la película, narrada de forma espléndida, salta la sensiblería para tratar un relato que combina el drama con humor, excéntrica, genial, que en alguna secuencia determinada vemos en el director-actor un homenaje a la obra maestra de El gran dictador, una exposición cinematográfica que contiene atisbos del director Wes Anderson sin desmerecer el mérito del director Taika Waititi que filma una película extraordinaria, con sus dos facetas de dirigir e interpretar con unas grandes dotes de humor corrosivo de Adolf Hitler.


Con una maravilla de fotografía, decorados, interpretaciones, el papel del niño puede recordar al intérprete de El tambor de hojalata, asombrosa interpretación de Roman Griffin Davis, Thomasin Mckenzie y la grandiosidad de Scarlett Johansson en una verdadera iluminación en cada plano, gesto, palabra, extraordinaria, y sin olvidar al gran papel del gran actor Sam Rockwell.


Sobresalientes delicias de una película basada en la novela de Christine Leunens que deja en el rastro de la memoria fílmica imágenes y diálogos inolvidables. Sin olvidarnos de la banda sonora, recordando a la canción de Beatles I want to hold your hand y otros temas musicales así como el score en sí mismo, Jojo Rabbit es una maravillosa película que nos dice, atarse bien los cordones de los zapatos, y bailar, con una declaración expositiva del amor como arma combativa y como definición definitiva en la vida, una película encantadora, magistral.