El reciente estreno en Netflix de la precuela de Cristal Oscuro se presenta como la mejor oportunidad para leer Destino Camelot. Reinos fantásticos del cine y la televisión (Diábolo), cierre de la trilogía de Francisco Javier Millán (Galaxia Lucas, Generación Goonies) que precisamente evoca al cartel de la mencionada cinta de culto, 'Otro tiempo en la era de la maravilla', para animar a los que soñaron con grandes aventuras y se sintieron aprendices de brujo.
En sus más de 300 páginas, Destino Camelot. Reinos fantásticos del cine y la televisión traslada al lector a una época donde la fantasía y la magia llamaban a las puertas de nuestro espíritu aventurero, una era en la que los creadores tenían que hacer uso de las técnicas más artesanales para plasmar en imágenes los sueños de muchos espectadores: de Excalibur a Lady Halcón pasando por La princesa prometida, El dragón del lago de fuego, Dragones y mazmorras, Los osos Gummi...
Manteniendo el espíritu de aquella época, en la que se publicaban libros como Elige tu propia aventura y Las crónicas de la Dragonlance, Destino Camelot. Reinos fantásticos del cine y la televisión revive con nostalgia audiovisual aquella época dorada creada por Steven Spielberg y George Lucas, cineastas soñadores únicos cuyas producciones más exitosas generaron pasiones y más de una vocación, un fenómeno jamás visto hasta ese momento en el séptimo arte.
Destino Camelot. Reinos fantásticos del cine y la televisión recorre el género de Espada y Brujería, la fantasía en general, un viaje por títulos generacionales como Dentro del laberinto, Conan, el bárbaro, Willow... un apogeo épico en torno a la literatura, los cómics y los videojuegos, los juegos de rol... y que se apagó como premonitoriamente firmó Michael Ende (La historia interminable): 'Si Fantasía desaparece, lo único que nos quedará será la Nada'.