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Crítica: "Adiós", por Paco España

Con este título, el director sevillano Paco Cabezas retorna a la ficción de las salas de cine españolas ya que los últimos nueve años ha estado trabajando en Estados Unidos en productos para cine y televisión. Desde que en 2010 dirigiera la película Carne de neón, basada en un cortometraje homónimo (Carne de neón) escrito y dirigido por él mismo en 2005, no había vuelto a hacer incursiones audiovisuales en España.


Presentada en el pasado Festival de San Sebastián, Adiós nos habla de Juan (Mario Casas), que acabe de obtener el tercer grado en prisión y puede asistir a la primera comunión de la hija que tiene junto a Triana (Natalia de Molina). Al salir de la ceremonia, y cuando su coche circula entre las tres mil viviendas de Sevilla, es embestido por otro que se da a la fuga, de resultas de lo cual muere la hija de ambos.


Desconozco el motivo por el que la película se titula Adiós, porque podría titularse El patriarca, emparentándola con la famosa trilogía de Francis Ford Coppola, El padrino, ya que las intrigas, la corrupción policial y los asesinatos jalonan una historia marcada por el gran peso que la familia tiene entre todos sus personajes, siendo la maternidad y la paternidad el eje fundamental en el que se mueven cinco de los personajes principales de la trama.


Adiós es una más que estimable película, poseedora de una compleja aunque correcta construcción de personajes que se mueven entre la parte correcta de la ley y la contraria, entre la parte correcta de la ética y la moral y la contraria... con un ritmo narrativo trepidante de trayectorias que se cruzan, desembocando en una vorágine de violencia final que supone una catarsis sangrienta de deudas a saldar.


Cuenta con las notables interpretaciones, además del mencionado Mario Casas -que la persona que me acompañó a la proyección me comentaba 'no he visto a Casas en ningún momento, solo he visto el personaje' (no cabe elogio más grande)-, de Natalia de Molina (Elsa y Marcela, Quien te cantará), que demuestra su gran calidad en un personaje desgarrado por la pérdida y que establece una fuerte conexión con el que interpreta, con gran acierto, la reinosana Ruth Díaz (Tarde para la ira), éste desgarrado por la infertilidad física, que no emocional.


También aparecen Carlos Bardem (Alacrán enamorado), Vicente Romero (Intemperie), Sebastián Haro (Antes de la quema)... todos ellos con trabajos de mucha calidad, aunque sobresale la estupenda actriz malagueña Mona Martínez (Ana de día), con una larga trayectoria aunque poco conocida gran público. Adiós supone el reencuentro de un director, que se dedica a esta profesión tras pasarse largas temporadas ganándose la vida tocando la guitarra y cantando canciones de autores anglosajones en el metro. Carne de neón le llevó a trabajar en la meca del cine y a dirigir a Nicolas Cage en Tokarev, hecho que le abrió las puertas de 'las tres mil' entre la comunidad gitana, ya que el actor californiano, sobrino de Coppola, es muy admirado en ella.