Además de los grandes conciertos sinfónicos y las actividades musicales que componen su espina dorsal y con l@s que pretende reforzar sus señas de identidad, el 68º Festival Internacional de Santander, que se está celebrando del 3 al 31 de agosto, ha incluido nuevamente en su programa multidisciplinar proyecciones y espectáculos de corte cinematográfico.
El ciclo Proyecciones y coloquios, cuyas sesiones tendrán lugar a las 20:30 horas en la Sala Pereda del Palacio de Festivales, comenzará el martes 6 con El amor y la muerte (2018), de Arantxa Aguirre, documental que recrea la historia apasionante y tormentosa del compositor Enrique Granados en la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX.
Sus viajes a Madrid, París y Nueva York, la lucha por la vida y los primeros triunfos... El relato audiovisual se entremezcla con nuevas versiones de sus obras maestras a cargo de intérpretes de la talla, entre otr@s, de Rosa Torres-Pardo, Evgeny Kissin, Cañizares, Arcángel, Rocío Márquez, Carlos Álvarez o Nancy Fabiola Herrera.
El jueves 15 será el turno para Yuli (2018), película de Iciar Bollaín sobre el bailarín cubano Carlos Acosta, biopic sobre esta leyenda, primer bailarín negro en compañías como el Royal Ballet de Londres, que cuenta desde su dura infancia hasta su madurez, protagonizada por el propio bailarín, quien, pese a su éxito internacional, nunca olvidó sus orígenes.
Además, el propio Carlos Acosta, como director y solista al frente de su compañía, saldrá a escena, el domingo 18 a las 20:30 horas en la Sala Argenta del Palacio de Festivales, con Imponderable, una reflexión sobre lo incomprensible y lo indescriptible con música de Owen Belton sobre canciones de Silvio Rodríguez.
Antonio José Martínez Palacios (1902-1936), miembro casi olvidado de la generación musical del 27 y asesinado al comienzo de la Guerra Civil Española, protagoniza Antonio José, Pavana triste (2018), documental de Gregorio Méndez y Sergi Gras que se proyectará el martes 27.
Como trabajo pedagógico y de reivindicación, Antonio José, Pavana triste, documental sobre la vida del compositor burgalés, se construye con más de una docena de piezas musicales junto a los testimonios de su familia y las declaraciones de expertos en su música.
Además, el ciclo Música Barroca incluirá, el viernes 9 a las 20:30 horas en la Sala Argenta del Palacio de Festivales, un estreno absoluto de teatro musical: Yo, Farinelli, el capón, una original propuesta basada en la novela homónima de Jesús Ruiz Mantilla, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón. Protagonizada por el actor Miguel Rellán, como Farinelli al final de sus días, la vuelta al teatro del cineasta cántabro es un monólogo en el que los recuerdos del cantante italiano se mezclan con la música de la época interpretada por el contratenor Carlos Mena y la agrupación barroca Forma Antiqua.
Sobre si su regreso a la dirección escénica puede ser una forma de saciar el apetito de la realización cinematográfica, y si hay alguna posibilidad para un retorno audiovisual, Gutiérrez Aragón nos ha asegurado tenerlo claro: 'La dirección escénica me gusta por sí misma, no es un sustituto del cine. Es mucho más manejable que la maquinaria cinematográfica y permite optimizar -por tiempo y lugar- el trabajo con los actores. ¡Lástima no poder trabajar en el teatro más a menudo!, pero los actores están ahora muy pendientes de sus contratos en las series en televisión. Y no, por ahora no hay cine'.
Gutiérrez Aragón nos ha reconocido que 'la propuesta que me hizo Ruiz Mantilla es muy original, no exenta de riesgos, y eso me atrajo', y que el montaje 'se trata de la interacción de música y canto barroco con un texto dramático. Carlos Mena, Miguel Rellán, el grupo Forma Antiqua... todos excelentes profesionales y muy creativos. Una gozada trabajar con ellos. La novela es ya muy teatral y el personaje ha fascinado al público a través del tiempo. Es una verdadera metáfora de lo teatral, de lo que la escena tiene de locura y de remedio curativo. ¡Una verdadera contradicción con peluca!'.