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Crítica: "Venganza bajo cero", por Javier Collantes

Desde el lateral de un remake, y aunque sea una copia de su primera versión, se esconde, aparentemente, una nueva visión del original. Con (des)aciertos, este tipo de miradas no suelen aportar nada nuevo, aunque, en ocasiones, la actualización de la óptica resulta superior al genuino.


A este equilibrado caso se corresponde, entre otras muchas connotaciones, Venganza bajo cero, un film trepidante e intenso, sin olvidar las esencias del cine comercial, notablemente realizado y con un argumento en principio interesante. En un pueblo turístico de las Montañas Rocosas, un hombre tranquilo se encarga de mantener las carreteras limpias de nieve durante el periodo invernal.


Sin embargo, la vida de Nels se desequilibra cuando su hijo es asesinado por un poderoso mafioso de la droga. A partir de este hecho, y sin descanso, perseguirá al asesino en una dura investigación de venganza y dolor como toma de justicia, encontrar respuestas proyectando violencia.


Acostumbrado últimamente a este tipo de itinerarios, Liam Neeson nos ofrece otra notable interpretación, quizás por encima de su propio papel. El actor muestra sus capacidades en cada instante, comedido pero apasionante respecto a presencia, registro y mirada, un intérprete con recursos naturales que en este film vuelve a mostrar su mejor registro y condición en este perfil.


Remake de Uno tras otro, título de 2014 del noruego Hans Petter Moland que él mismo vuelve a dirigir, Venganza bajo cero es un thriller policíaco, un film de acción y humor negro de notable acierto en el que una cita de Oscar Wilde, sobre una definición del villano, sirve de premisa para un relato que mezcla marcas de Coen en Fargo, algo de Tarantino... para explotar en un final apoteósico.


Film recomendable como cine comercial de calidad completo en sus espacios, Venganza bajo cero, en su relato presencial sobre la venganza partiendo como base de la acción para llevarnos a paisajes y diálogos secuestro incluido -atención al papel del niño, simplemente genial-, no te deja frío y se convierte en un film tremendo sobre el auto-descubrimiento en el proceso propio de la venganza.