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Crítica: "Quién te cantará", por Paco España

Quién te cantará se ha presentado en el pasado Festival de San Sebastián. Es la tercera película del realizador madrileño Carlos Vermut, tras Magical Girl en 2014, donde se alzó con la Concha de Oro a la Mejor Película y la de Plata a la Mejor Dirección. Anteriormente, en el año 2011, se dio conocer con una modesta producción que causó una auténtica revolución mediática en las redes sociales titulada Diamond Flash.


Quién te cantará, que no recibió ningún galardón en el festival donostiarra -aunque bien podría haberlo recibido-, cuenta la historia de una cantante de éxito que, tras años de ausencia de los escenarios y debido a un accidente, pierde la memoria. En ese momento, su avispada representante encuentra una modesta cantante de karaoke, la cual vive una triste existencia por el continuo chantaje emocional de su propia hija, que se conoce a la perfección todas las canciones de la artista amnésica y que puede resultar de gran ayuda.


La cantante de karaoke, interpretada por la actriz (poco conocida pero habitual de Vermut) Eva Llorach, tiene que volver a enseñar todo su repertorio a la cantante, interpretada por Najwa Nimri. Por eso, como explicaron en la rueda de prensa del festival, tuvieron que trabajar antes y durante el rodaje en una perfecta simbiosis, ya que las dos actrices interpretan un solo personaje, como se ve en el inquietante cartel de la película, donde se aprecia el fotomontaje del rostro de ambas.


Por lo tanto, resulta incomprensible que, en dicha rueda de prensa, Najwa Nimri se dirigiera a Eva Llorach preguntándola '¿Cómo era tu nombre?' en una frase que parecía tener muy poco de broma y sí de querer establecer una distancia ente la dilatada carrera de la veterana actriz navarra de ascendencia hispano-jordana con la reciente y corta de la actriz murciana. Puede que fuera un simple despiste, o no, pero lo cierto es que Llorach hace un extraordinario trabajo que no tiene absolutamente nada que envidiar a la propia Nimri, como tampoco a sus otras compañeras de reparto, Carme Elías, como la representante de la artista, y Natalia de Molina, como su hija.


El aparente feísmo de los primeros trabajos de Vermut se ve ahora sustituido, también en parte por el aumento presupuestario, por un estilo visual muy cuidado que se puede apreciar desde el primer plano con zoom en la playa -donde todos los elementos del plano conforman un conjunto muy elaborado, incluso los zapatos de tacón de aguja que tienen una gran fuerza estética a pesar de que sabemos, especialmente los que vivimos cerca de playas, que hay pocas cosas más absurdas que zapatos de tacón de aguja en los arenales-. Se puede comprobar su trascendencia, gamberra en ocasiones, en trabajos cortos anteriores como Maquetas y Venga Monjas: Don Pepe Popi.