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Crítica: "Lady Bird", por Javier Collantes

El cine norteamericano denominado independiente ha gozado de grandes alabanzas y, en el presente, consigue valoraciones y trato favorables respecto a crítica y público en relación a otras producciones. De modo condescendiente en algunos momentos puntuales, se trata de apuestas cinematográficas alimentadas por la condición de bajo presupuesto y de ahí, a veces, buena parte de sus méritos. En otros tiempos, este tipo de películas creo que ofrecían mejores trabajos, aunque sí es cierto que ofrecen una visión más realista, cruda y divertida que otros de mayor presupuesto.


Ni todo el cine independiente que nos llega es magistral, ni tampoco un bodrio. Ciertamente, estos títulos poseen otro perfil, presentan otra intensidad. Ahora llega el turno de Greta Gerwig. En su ópera prima, y a modo de autobiografía, nos relata una historia de una chica de Sacramento, California, que cursa su último año en el instituto con el deseo de conseguir plaza en una universidad de prestigio y salir del lugar donde vive. Con las dificultades de una adolescente y problemas con su madre, su entorno y su vida, una apuesta por cambiar los puntos de su futuro.


Sobre el argumento típico de institutos, adolescencia, cambios y rebeldía, Lady Bird, con unas tonalidades muchas veces vistas en el cine, construye su narrativa con los elementos del cine indie, es decir diálogos puntiagudos, puesta en escena sobria, algo de música y una dirección amoldable a su argumento. En esta ocasión, la historia retrata la búsqueda de la identidad de una chica, mostrada con carácter hedonista y utópico, pero en una línea fría, concisa sí, liberadora con un personaje con mucha fuerza, cuyas secuencias son mostradas con un pulso no tan preciso.


Su principal valor reside en las interpretaciones, destacando el trabajo de Saoirse Ronan, el alma de una película cuya historia se conduce con corrección, sin tanta emoción, pero con efectividad. Una película aceptable, pero sin ser una gran película. El lenguaje fílmico, aderezado por los atisbos de las series de televisión, nervio para la lucha de una joven consigo misma sin saber lo que ocurre. Una propuesta contestataria, desde el punto de vista femenino, de las nostalgias, deseos y cambios sobre la gran verdad de encontrar tu lugar en el mundo.