script

Crítica: "La bella y la bestia", por Javier Collantes

Las adaptaciones, en el lenguaje cinematográfico, producen diversas reacciones entre crítica y público otorgando infinidad de opiniones y, a veces, encontrando un punto de inflexión en su resultado final. En tiempos del género musical, nos llega esta nueva versión de La bella y la bestia, que ya obtuvo en 1991 un éxito arrollador en su versión animada y, con el paso del tiempo, en su espacio teatral con una majestuosa escenificación. 


Así, con dichos ejemplos, Disney opta por realizar, con personajes reales, una visión apoteósica cuya dirección recae en Bill Condon, reconocido por su gran película Dioses y monstruos. Con una puesta en escena espectacular, el director asume con acierto algo más que una adaptación al uso, conservando la esencia del  original y, a su vez, abriendo nuevas licencias en su espíritu narrativo.


Si es cierto que calca las escenas del film animado, lo hace con grandeza y maestría en cada secuencia y plano, recreando una gran historia cuyos números y movimiento de cámara y ritmo ofrecen un resultado magnífico. Asombrosa en efectos especiales, la fantasía de una Bella independiente a la que una Bestia hace prisionera en su castillo, con sus habitantes encantados y aprendiendo a ver más allá del aspecto exterior, es un tratado de príncipes y princesas.


Como maravilloso relato, se entra o no, dependiendo de la sensibilidad de cada espectador. Aspectos destacados son la extraordinaria banda sonora de Alan Menken, junto a tres nuevas canciones que encajan perfectamente en el conjunto del film. Sabiendo que estamos dispuestos a disfrutar con las emociones de una película musical y romántica, el relato ofrece tonalidades en su fotografía y sensaciones en cada plano.


A través de una paleta de colores, Condon define la película en modo de espectáculo entretenido y con clase de primera en su definición total. Emma Watson, excelente en presencia, regala un registro de miradas impecables sin falsa grandilocuencia junto a Luke Evans y un reparto que, en su mayoría, se consagra a esta notable adaptación que, como nueva revisión, cumple su cometido de sencilla ilustración.