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La esperanza cántabra en Palencia

Desde mañana, viernes 17, y hasta el próximo 25 de febrero, 52 cortometrajes y 23 largometrajes de ficción y documentales protagonizan la XXVI Muestra de Cine Internacional de Palencia, una muestra consolidada en la comunidad vecina que comenzará con la proyección inaugural de Mi valle, documental sobre la desaparición de nueve pueblos tras la construcción del embalse de Riaño (León), y donde el cine de Cantabria también está representado.


La participación cántabra está presente en el Concurso Nacional de Cortos. En este apartado compiten un total de 18 títulos, entre ellos Esperanza, de Alvaro Longoria (Premio Goya a la Mejor Película Documental 2013 por Hijos de las nubes. La última colonia y nominado al XXX Premio Goya a la Mejor Película Documental con The Propaganda Game), trabajo nominado al Premio Goya el Mejor Cortometraje documental que, próximamente, también será protagonista en el XXXII Festival Internacional de Cine de Guadalajara después de serlo en los últimos meses en XXVIII Festival Internacional de Cortometrajes de Aguilar de Campoo.


Basado en uno de los viajes del buque rompehielos Esperanza al Ártico, concretamente en la segunda misión de Greenpeace España desplegada del 9 al 15 de agosto de 2014, este documental, rodado en inglés, narra la vida a bordo del barco de Greenpeace. A través de conversaciones con la tripulación, descubriremos sus motivaciones para arriesgar su vida defendiendo el planeta tan lejos de casa en defensa de la población de la zona y el vulnerable ecosistema ártico formado por impresionantes paisajes helados y gran variedad de fauna.



Dirigido por el cineasta y productor cántabro Alvaro Longoria, con la producción de Morena Films y la colaboración de los actores Alberto Amman y Carlos Bardem, Esperanza documenta este viaje que retrata las amenazas e intereses -cambio climático, prospecciones petrolíferas, pesca industrial...- tras la destrucción del Ártico con la intención de recordar la urgencia en establecer medidas, como la creación de un Santuario global en 'la última frontera' de regiones como Svalbard o Spitsbergen, que delimiten y protejan los espacios árticos y se garantice con ello la defensa de sus habitantes.