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Crítica: "Kiki, el amor se hace", por Paco España

Hace unos años, en una conversación en la que estábamos varias personas -entre ellas el actor, payaso y polifacético artista Alex O’Dogherty-, se hablaba de Paco León, a quien, por aquel entonces, solamente se le conocía por sus apariciones televisivas en "Homo Zapping" y en la serie "Aida", sobre la que alguno de los presentes hizo un comentario negativo. 


Como un resorte, Alex intervino para decir: 'El Paco es muy grande y tiene un talento enorme, no hables mal de él', ya que les unía amistad personal por haber estudiado juntos interpretación en Sevilla. Inmediatamente pensé: 'Esto es tener un buen amigo, y también, si Alex lo dice, será por que lo conoce y tiene suficientes elementos de juicio'.


Esta breve anécdota sirve para justificar mi seguimiento de este actor-director en los últimos diez años, tiempo en el que he visto la mayor parte de sus trabajos. Muchos de las aspectos inherentes a la carrera profesional de Paco León tienen un gran mérito: hacer dos películas protagonizadas por su madre y hermana, desconocidas hasta ese momento y consagradas hoy, al margen de cualquier monopolio de producción y distribución en España, lanzando el producto en múltiples plataformas, DVD, Internet y salas de cine, simultáneamente, fue considerado un error y un enfrentamiento a la industria cinematográfica patria.


Pero su experimento resulto acertado económicamente y lo convirtió en un personaje mediático, que no duda en fotografiarse desnudo y aparecer en las redes sociales o hablar abiertamente de su bisexualidad, dejando a Bertín Osborne, prototipo de macho ibérico, incansable perpetuador de la especie y todo un desastre en la cocina, con una cara de estupefacción considerable.


Con esa frescura y desparpajo se ha enfrentado a su tercer proyecto cinematográfico, una comedia chispeante de relaciones humanas, condimentadas con todo un catálogo de parafilias sexuales que no voy a detallar. Solamente tranquilizo a los espectadores sensibles informando de la ausencia de la coprofilia entre ellas. Un guión co-escrito por el propio Paco León, bien estructurado y que da equilibrio a una película coral, no de historias cruzadas, que es la vía para unas interpretaciones de gran calidad y maravillosamente tiernas.


Sin desmerecer a Alexandra Jiménez, Belén Cuesta o Candela Peña, son especiales los personajes del cirujano plástico que interpreta Luis Bermejo y su inmóvil esposa Mari Paz Sayago, muy habitual en los proyectos del director. Como bien dice el título: 'el amor se hace', se construye, como la sólida trayectoria de este realizador, al que se le ha emparentado, tanto por su des-inhibición como por lo bien que filma a las actrices o por su fijación materna, a Pedro Almodóvar. Sólo deseo una cosa: si Paco León tiene que comprarse un sombrero alguna vez, que sea bombín, chistera, montera, txapela, mitra o hasta tricornio, pero por favor, que no sea Panamá.