En una cosecha cinematográfica española irregular, como suele ser habitual y salvo excepciones, los títulos seleccionados al Premio Goya a la Mejor Película no han recaudado suficiente al apoyar el público, según parece, otra clase de propuestas más comerciales y de temáticas menos arriesgadas e insustanciales en relación a una finalistas que son una definición de criterios entrelazados entre el drama y la lucha del ser humano. De ahí, esta distancia entre espectadores y academicistas.
"La novia", de Paula Ortiz
12 Nominaciones
Adaptación de "Bodas de sangre", de Federico García Lorca, la directora aragonesa mezcla, en una apuesta difícil, la teatralidad y el cine. Una historia de amor, un triángulo de pasión y celos, un arrebato de sentimientos y venganzas... Sin embargo, este órdago se alimenta de imágenes evocadoras, ralentiza secuencias y computa una sucesión desigual de un presunto preciosismo. Un film de mucho calado, donde lugar y valor recaen en su puesta en escena. Más allá del meritorio riesgo y de lo experimental de su tratamiento, un relato combinativo de lenguajes que te acerca y te aparta. Atención especial para la gran actriz Inma Cuesta. La actualización contemporánea de un Lorca visual, una obra teatral filmada bajo las premisas de conceptos vanguardistas. A pesar de las dudas, sus mejores bazas son la unificación de oratorias narrativas y la exposición de una historia universal.
"Nadie quiere la noche", de Isabel Coixet
9 Nominaciones
La realizadora catalana Isabel Coixet nos evoca un viaje emocional, el de una mujer rica y culta que se traslada al Polo Norte para reunirse con su marido explorador en el año 1908. En este viaje, la protagonista de la película estará acompañada por otra mujer, una esquimal que le servirá de guía. Sobre esta base, se desarrolla un postulado más equilibrado, con una iluminación hermosa e intuitiva, cuyos valores principales se encuentran en las grandes interpretaciones, en especial la gran actriz Juliette Binoche. A pesar de que la frialdad del paisaje se introduce en el relato, la historia, que posiblemente necesite ser vista dos veces para apreciar su calidad y uno de los trabajos más destacados de la cineasta en una trayectoria llena de altibajos y de episodios de preciosismo vacío, no resulta distante en sentimientos y emociones. La arriesgada apuesta de un trazado serio nada virtuosista conquista la luz del día.
"Un día perfecto", de Fernando León de Aranoa
8 Nominaciones
Fernando León de Aranoa nos conduce, a través de la mirada de un grupo de cooperantes humanitarios en un trasfondo de relato bélico, a temáticas comprometidas, dignas y encomiables. Para descargar el drama de los problemas a los que se acerca, el realizador no duda en propiciar momentos de humor, circunstancia que encaja a la perfección en un film creado a lo grande. Interesante en unos momentos, desconcertante en otros, esta película se queda entre dos aguas convertida en un tratado de buen cine pero realizado con cierto distanciamiento, sin posibilidad de que pueda salpicar salvo en alguna secuencia aislada. Benicio del Toro y Tim Robbins ofrecen notables interpretaciones para unos personajes con aristas que se entrecruzan. Una declaración de buenas intenciones, no en su temática, pero sí en su exposición. Sobre la historia, aceptable y correcta en algunos niveles, a veces diferencial en su contexto.
"A cambio de nada", de Daniel Guzmán
6 Nominaciones
En su debut como director de largometraje, Daniel Guzmán nos presenta un itinerario autobiográfico, correcto pero sin fuerza narrativa. Un 'tour de force' entre la adolescencia, la separación de unos padres, la amistad y una anciana que recoge muebles por las calles. Con estos elementos, el film es un homenaje a los recuerdos del propio director y un homenaje a su abuela que participa en la película, pero, aunque se deja ver, se queda en una línea demasiado suave, sin producir sensaciones, sin romper ni apasionar. A cambio del recuerdo, un tratado fílmico pasable. Una puesta de 'largo' correcta, pero sin más.
"Truman", de Cesc Gay
6 Nominaciones
El excelente director Cesc Gay se confirma con esta propuesta, un encuentro de dos amigos y el valor de la amistad, entre noticias y sorpresas no exentas de humor. Sin falsa nostalgia y sin caer en el terreno del sentimiento edulcorado, esta película es 'la película', por guión y argumento, por ritmo y calado, por diálogos auténticos de verdades casi absolutas. Con un estilo tan real como la vida misma, a pie de calle, entre reencuentros y con historias de amor, habla y emociona: teatro y cine, vida y muerte... Un relato espléndido tan consistente como entretenido, destacando las grandes interpretaciones de todo el reparto. Ricardo Darín y Javier Cámara dignifican la profesión de actor con una maestría sublime. Una extraordinaria película lúcida, real y libre.