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Crítica: "Point Break (Sin límites)", por Pelayo López

La actualización multidisciplinar de "Le llaman Bodhi", que se sale de los márgenes generacionales de su germen original, termina resultando desorientada y perdida. Ante la mirada de fiesteros de torsos esculturales y fiesteras de bikinis de hemisferios verticales, "Point break (sin límites)", que retoma el título original e incorpora una declaración de intenciones, se sube a la ola del ecologismo y el activismo globales, dotados de cierto fanatismo místico y auspiciados y financiados por una fortuna llegada de oriente.


Agente del FBI en ciernes, con condición de deportista de élite en el pasado, es el único capaz de infiltrarse en un extravagante grupo de sospechosos de varios robos inusuales. ¿Dónde se han quedado las ácidas y significativas caretas de los delincuentes?. Aunque el perfil surfista sigue siendo el patrón predominante, otros deportes de riesgo extremo se suceden y relevan continuamente proporcionando con un ritmo trepidante el celuloide energético de altas dosis de adrenalina. No obstante, entre alguna que otra panorámica paisajista de postal, las mejoras técnicas en el carácter efectista terminan resbalando porque la espectacularidad realista lograda en algunos momentos choca y es tragada por su propia superOla en varios otros.


Puede parecer mentira, pero la principal fortaleza de la entrega genuina, una carismática pareja de personajes protagonistas aparentemente antagonistas pero con muchas cuñas de convergencia en sus respectivas formas de ser, la congelan sin paliativos Luke 'Utah' Bracey y Edgar Ramírez, dupla interpretativa vista en títulos como "La conspiración de Noviembre" o "El ultimátum de Bourne" sin la más mínima chispa de feeling o empatía que demostraron en su tiempo Keanu Reeves y Patrick Swayze. Además, el equilibrio femenino del tercer vértice pasa de puntillas. En definitiva, este remake thriller de acción requiere del espectador, apoyado en su propia butaca, un salto gravitacional al vacío, un acto de fe para una vida entre los elementos de la naturaleza protegidos por neoprenos lejos de cualquier moda.