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Los Caciques en Palacio

Después de poner el cartel de 'No hay localidades' en el Teatro María Guerrero, este viernes y sábado, 4 y 5 de Diciembre, la Sala Pereda del Palacio de Festivales recibe, en funciones de 20:30 h., a "Los Caciques", espléndida comedia que vuelve a escena, con motivo del 150 Aniversario del nacimiento de Carlos Arniches, en una versión actualizada por el productor santanderino Juanjo Seoane y Ángel Fernández Montesinos, que dirige de nuevo una función que conoce muy bien después del éxito cosechado con la misma en 2001. Para el decano de la dirección escénica de nuestro país, esta versión 'conserva su esencia y su actualidad es indudable, desgraciadamente'. 


La evidente actualidad de escenas estrenadas en el Teatro de la Comedia en 1920 subrayan la vigencia de un autor al que el tiempo ha puesto en su lugar, todo un clásico imperecedero como tal que ha vuelto a conectar con el público que ha llenado el emblemático Teatro María Guerrero de Madrid. Un elemento clave en la nueva puesta en escena de "Los Caciques" son las proyecciones, de hecho, el director director y coadaptador asegura que 'las distintas escenas de la obra nos obligaban a una sucesión de decorados que no vamos a hacer. Hemos creado una única escenografía y utilizaremos una pantalla al fondo para proyectar momentos como el discurso del alcalde o la llegada del inspector'.


El experimentado reparto de "Los Caciques", que íntegramente repite con Montesinos después de haber trabajado con él en otros montajes y que ha dado especial importancia al ritmo concreto de dicción que requiere esta obra, está formado por intérpretes veteranos como Marisol Ayuso, Juan Calot, Fernando Conde o Juan Jesús Valverde, quienes actúan junto a otros nombres más jóvenes como Elena Román, Óscar Hernández, Víctor Anciones y Raúl Sanz. Completa este elenco, en la doble faceta interpretativa y de ayudante de dirección, el actor cántabro Alejandro Navamuel.


Sinopsis: Erase una vez, en una ciudad de España, un partido político y su alcalde llevan más de treinta y cuatro años ejerciendo el caciquismo y la corrupción. Se les notifica la llegada de un inspector del gobierno, que debe analizar sus cuentas. El alcalde siguiendo su tendencia natural, se propone comprar la voluntad del inspector con todo tipo de agasajos, homenajes, regalos y dinero. Sin embargo, aparecen en la ciudad un sobrino y su tío, con intención de solicitar la mano de la sobrina del alcalde. Éstos son confundidos por el inspector del gobierno, provocando todo tipo de divertidos malentendidos.