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Crítica: "Anacleto: agente secreto", por Javier Collantes

Dentro de la variante basada en un tebeo, el éxito de una adaptación de este tipo radica, posiblemente, en la mayor o menor capacidad del lector-espectador para imaginarse la misma y en una comparación odiosa que, casi siempre, deriva en una polémica sin mucho sentido. En este caso, el director Javier Ruiz Caldera ("Promoción Fantasma") trata a este referente del gran ilustrador Vázquez, a través de la editorial Bruguera/B, de manera diferente a otros films españoles recientes que compartían raíces procedentes del mismo lenguaje: léase "Zipi y Zape", "Mortadelo y Filemón".


Este 'Anacleto' combina ciertas referencias de su original con una actualización reseteada: escenas de acción bien conseguidas, gags con un humor desternillante, una puesta en escena costumbrista... Sin embargo, en el apartado narrativo, esta revisitación resulta irregular. Dejando de lado su más que profesional y meritoria dirección, algo que podría asemejarse a las solventes características del denominado y oficioso 'cine por encargo', el resto de las excelencias recaen en sus intérpretes: inconmensurable Imanol Arias, correcto Quim Gutiérrez, simpático Berto Romero, excelente Alexandra Jiménez, extravagante Carlos Areces y homenaje telefónico y comunicativo a Gila.


Por lo demás y en general, esta película funciona como lo que se supone pretende ser: un sucedaneo castizo y a la española del agente secreto 007. En esta ocasión, entre saltos y explosiones, un guardia de seguridad inseguro y desprovisto de iniciativa que descubre una educación infantil llena de métodos encubiertos, un padre chacinero que tritura chorizos en su máxima expresión, una chica escéptica e indecisa con la sola seguridad de que su novio nunca le aporta el perfil que ella demanda y un malvado creador y mentor Vázquez. Vázquez vs. Vázquez. El talento viñetero contra su maligno alter ego. Esta fusión sesentera y contemporánea sabe reírse de sí misma y resulta, pese a sus numerosos altibajos, un aceptable y pasable ejercicio de suficiente y entretenido espectáculo fílmico.