A medio camino entre San Sebastián y Francia, el realizador vasco Borja Cobeaga ("Pagafantas", "No controles") ha rodado su tercera película, "Negociador", un proyecto
escrito por el propio Cobeaga y protagonizado por Ramón Barea, Josean Bengoetxea, Carlos Areces, Melina Matthews, Maria Cruikshank, Oscar Ladoire, Raúl Arévalo, Secun
de la Rosa, Santi Ugalde, Gorka Aguinagalde y el actor cántabro Alejandro Tejería, que vuelve a trabajar con el director donostiarra tras hacerlo en "Eramos pocos" -
nominado al Oscar al Mejor Cortometraje 2007-.
Ahora, "Negociador" ha anunciado que se presentará en el Festival de San Sebastián, concretamente en la Sección Zabaltegi, una sección abierta y heterogénea que tiene
como finalidad ofrecer una muestra del cine más destacado e impactante del año. Según el propio realizador, 'es una película que empecé a escribir por mi cuenta, sin
que nadie me lo pidiese y sin saber si algún día se realizaría. Sólo me apetecía escribirla y punto. Pero la vanidad me pudo (me gustaba mucho lo que había escrito) y
enseñé el guión a los actores con los que fantaseaba como protagonistas. Ramón Barea, Josean Bengoetxea y Carlos Areces se mostraron entusiasmados con el proyecto y
empecé a plantearme que era posible llevar a cabo este guión, que considero muy personal y muy cercano al tono de mis primeros cortos, sobre todo "Éramos pocos"'.
Manu Aranguren es un político vasco que ejerce de interlocutor del gobierno español en las negociaciones con ETA. Lejos de ser un acto solemne y calculado, pronto se
verá que las casualidades, los errores o los malentendidos marcarán el diálogo entre ambas partes. Y que la relación personal entre negociadores será clave para la
resolución del conflicto. Producida por Sayaka Producciones, con la participación de la ETB y el Gobierno Vasco, podemos ver ahora las primeras imágenes de
"Negociador".
La base de la historia es real, pero el argumento y los personajes son una completa invención, una 'ficción basada en hechos reales' tal y como aclara Cobeaga. El
director de "Pagafantas" y coguionista de "8 apellidos vascos" aclara que 'no hay aspiraciones a hacer una crónica realista de las negociaciones entre el gobierno
español y ETA, sino el relato ficcionado sobre un acto supuestamente solemne y grave pero repleto de pequeños detalles que convierten el acontecimiento en algo muy de
andar por casa. No es una película sobre la negociación, sino sobre todo los detalles que la rodean. Y esos detalles convierten la película en una comedia. No una
comedia loca y caricaturesca, sino en un enredo contenido y hasta cierto punto melancólico'. La mejor definición de la película, en sus propias palabras, 'comedia
bajonera'.