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Crítica: "Emboscada", por Gonzalo Fernández

Hay films que antes de destripar es necesario reconocer e identificar al autor. Pues bien, nos encontramos con la ópera prima de una persona vinculada durante más de una década a la información y crítica cinematográfica. Se trata de Pelayo López, responsable del portal web Cinentérate Cantabria que lleva todo lo que hemos recorrido de este siglo inmerso en tareas relacionadas muy directamente con el cine, bien a través de la crítica radiofónica o, por otra parte, la información escrita. Si a esto añadimos que Cinentérate es un punto a reseñar totalmente básico a la hora de referenciar cualquier autoría o corto cántabro, veremos la vulnerabilidad que puede tener el autor al estrenarse como realizador cinematográfico cuando procede tan directamente del mundo crítico del cine.


Hemos visto varios casos de críticos, a lo largo de la historia del cine en nuestro país, que han tomado los mandos de la dirección cinematográfica después de muchos años de reprender o señalar defectos a terceros. Nos hemos visto envueltos en films pedantes y empalagosos provenientes de esos que antes eran jueces de la opinión semanal de los estrenos de cartelera. Luego, ¿cuál es el enfoque y la historia de esta ópera prima del crítico cinematográfico Pelayo López?. ¡Sorpresa es la que se ha llevado uno!. Asombro porque, con una historia recurrente que nos puede sonar haberla visto muchas veces, el autor de este corto consigue fascinarnos.

Pelayo López se sumerge en un hábitat que, indudablemente, conoce a la perfección y que le trae recuerdos no muy lejanos de sus años de permanencia en Cabezón de la Sal y la seductora reserva del Saja que linda con la misma localidad. Presentado en 5 capítulos, "Emboscada" juega y practica muchos formas y maneras del lenguaje cinematográfico, pero sin restregártelo por la cara -primer punto importante que le aleja de la pretenciosidad y cuestión ésta que es lo más irritante en un autor-. 


En segundo lugar, se observa un riguroso y comedido control sobre lo que quiere contar -que suele ser la asignatura pendiente de todo aquel que empieza-. Este cortometraje es, además, un homenaje al cine mudo y a las innovadoras, y de alguna manera, revolucionarias propuestas de los 80, porque practica la subtitulación y refuerza con la música, elemento que tiene una presencia muy importante a lo largo de la historia. Escenas paralelas, flashback, técnicas de manipulación fotográfica... son algunos aportes muy bien encajados y alternados en el relato fílmico.


No quiero aburrir con tecnicismos ni el abuso de los variados, y bien empleados, recursos del lenguaje cinematográfico que Pelayo López sabe dosificar en la narración visual. Así pues, sobre la mesa la puesta en largo de un crítico de gustos y conocimientos multidisciplinares. A mi personalmente, como mencionaba de pasada más arriba, me recuerda a las apuestas de la revolucionaria BBC de los 80, en las que jugaban con el cómic, la subtitulación, los personajes reales... y que, realmente, me siguen entusiasmando. 

Para terminar: 2 pegas y una comparación. Al espectador le recomiendo que preste atención a los encabezamientos de los 5 capítulos y consulte antes 'Quimera', 'Apoastro', 'Evanescencia', 'Periastro' e 'Ilación'. Yo personalmente no estoy dispuesto a explicarlo porque sino reviento la historia. La segunda traba menor es cierto grado de frialdad, estorbo que, probablemente, sea una cualidad y no defecto del autor para futuras obras. Vamos, que marquen su sello personal. Además, para eso están los gustos. Y hablando de frialdad: ¡que se lo pregunten a los que conocieron a Stanley Kubrick!.


La comparación: comencé este comentario sobre "Emboscada" reflexionando sobre los orígenes críticos de Pelayo López. Pues bien, me recuerda el caso del salto a la dirección, después de  muchos años realizando crítica en la revista Fotogramas, de Daniel Monzón. Este autor demostró, desde el principio, muchos gustos y conocimientos parecidos a los que el critico Pelayo López ha volcado en su primer cortometraje. Agradeciéndole muy especialmente que no haya sido pretencioso ni nos haya tenido que explicar verbalmente lo que hemos visualizado.