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"Comedias transgénicas", por Carlos Pérez

De lo que ha acontecido en estas señaladas fechas -y de la casi obligación que todo cristiano viviente contrae a la hora de dar fe de que tan magnos acontecimientos merecen un esfuerzo extra hacia los demás semejantes en cuestiones de generosidad, amabilidad y todo lo relativo a dar ese plus de amor fraterno que automáticamente nos dará pie a lucir una artificial sonrisa que después de Reyes se desdibuja como cada año-, se encargan, en gran medida, parafernalias de adornos callejeros, obligados encuentros familiares y algún que otro estreno cinematográfico que hace que esa sonrisa o carcajada fluya con más naturalidad.


Entre risas mediocres, forjadas a base de retales de diálogos reutilizados de otras comedias que en su momento consiguieron arrancar la carcajada más sonada al espectador más pusilánime, y sustos de medio pelo patrocinados o, mejor dicho, explícitamente extraídos de "Paranormal Activity" -película en la cual se basa esta peculiar parodia "Paranormal Movie", se encuentra ese umbral deslavazado y triste donde acaban producciones sin poso alguno. Recipientes colmados de un producto ya obsoleto que ha perdido con el paso del tiempo sus propiedades, menguadas éstas, más si cabe por el hecho del reciclaje sobrevenido por la falta de ideas y de talento por parte de unos profesionales que, lejos de agudizar ese ingenio que ya se les presupone, se ven en la tesitura de acudir a clichés y fórmulas que en otro tiempo dieron un gran resultado.

La alineación tan expresa con su parodiada supone, en diversos momentos del film, que tengamos la sensación de estar delante de la auténtica "Paranormal Activity", salvo cuando la entrada en escena del gesticulante e histriónico protagonista, y algún que otro chiste escatológico, nos saca de esa falsa impresión. Ni siquiera aquí funciona como debiera el fenómeno de la saga "Scarie Movie", que con su sorpresivo y vertiginoso mosaico fílmico, novedoso en su día, supo encandilar a muchos espectadores, dando fe de ello sus numerosas secuelas, alguna que otra, también para olvidar. Con la alusión burlona a "Devil Inside" se intenta enderezar un producto ya demasiado deforme.

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Michael Tiddes, que debuta en la dirección junto a los guionistas Rick Alvarez y Marlon Wayans -éste último protagonizando lo poco salvable de la cinta-, cumplen a medias la misión de hacer reír a un público con hambre de gags innovadores y novedosas escenas desternillantes. Poco más que decir del elenco, que parece sacado de un casting para sketchs televisivos: Essence Atkins, partener de Wayans, Nick Swardson y David Koechner, entre otros. Sería de mal gusto en estos momentos, dado lo odiosas que pueden llegar a ser ciertas comparaciones, recordar títulos como, "Una noche en la ópera", "Con faldas y a lo loco" o "El guateque", ya que seguramente estos ataques de nostalgia inducida podrían dar pie a que muchos nos diéramos a eso tan tentador del DVD combinado con un mullido y calentito sofá. Con la esperanza de que hayan sido unas felices y risueñas fiestas.