Confieso que esta edición tenía muchas esperanzas... y los responsables del Festival no me han defraudado: buen clima, películas aceptables... y, sobre todo, exquisitos platos después de visionar los títulos de la Sección Oficial y algunas de Zabaltegui. La retrospectiva del maestro Don Siegel, o los ciclos Nuevos caminos de la no ficción, Made in Spain, Horizontes latinos, Perlas, Panorama del cine vasco... y algunos ciclos menores como el Premio Fipresci, Kimuak -los cortometrajes realizados el último año en el País Vasco-... son motivos suficientes para desplazarse a San Sebastián los 9 días que dura el certamen.
Aunque con tantas buenas cintas ir a las ruedas de prensa de los famosos es casi imposible, hicimos un hueco en nuestra apretada agenda para asistir a las de “El gran Vázquez” y a la de la esperada “Come, reza, ama”, porque había que estar en el sitio correcto para poder dar envidia a los amigos. También asistimos a los encuentros Zabaltegui, en este caso para apoyar a nuestro amigo Juan Zabala que lo hace maravillosamente y al que nunca olvidaremos en la magia de “El cine de lo que yo te diga”.Para el próximo año estará al frente del festival un viejo amigo: José Luis Rebordinos, responsable de la Semana de Cine de Terror de San Sebastián durante 18 ediciones.
Aunque el Festival de Cine de San Sebastián no es como el certamen de terror, por lo que espero que no de al festival un giro intelectual. Aparte de ver buenos films, también me gusta ver actores con “glamour”. En cuanto a la ciudad bonita a rabiar. Aunque un poco cara. En cuanto a precios, no está acorde a los tiempos actuales. La celebración del festival se nota en los bolsillos de los visitantes. Un consejo de visitante habitual: reserve habitación con tiempo suficiente para la próxima edición. Estará todo lleno... aunque dure la crisis.
Aunque el Festival de Cine de San Sebastián no es como el certamen de terror, por lo que espero que no de al festival un giro intelectual. Aparte de ver buenos films, también me gusta ver actores con “glamour”. En cuanto a la ciudad bonita a rabiar. Aunque un poco cara. En cuanto a precios, no está acorde a los tiempos actuales. La celebración del festival se nota en los bolsillos de los visitantes. Un consejo de visitante habitual: reserve habitación con tiempo suficiente para la próxima edición. Estará todo lleno... aunque dure la crisis.