Las siguientes líneas van a ser una sucesión de argumentos parciales porque en los tres primeros minutos de proyección, antes de los títulos de crédito iniciales, esta película ya me ganó para la causa. Aunque, pensándolo bien, todas las opiniones, sobre cualquier tema, son inequívocamente parciales. Todo el mundo que me conoce sabe de la devoción-admiración que tengo por la obra del director neoyorquino Stanley Kubrick, especialmente por 2001: Una odisea del espacio, y en esos tres primeros minutos hay una divertidísima secuencia que une los universos Barbie y Kubrick tras la cual ya sabía que, lo que me iba a contar, sería de mi gusto. Esta película es más que una simple película. En primer lugar, es el estreno con más recaudación de los últimos diez años y mi visionado matinal en el cine fue compartido con, aproximadamente, un centenar de personas muy jóvenes. Si la película fue un espectáculo, sus reacciones no lo fueron menos. Todos sabíamos que la trama lleva a Barbie y Ken de Barbiland al mundo real, y esas primeras imágenes con esa gama completa de coloridos rosas hace que los espectadores y espectadoras queden abducidos, como una preparación para lo que la película les va a contar a partir de la frase que pronuncia Barbie '¿Habéis pensado alguna vez en la muerte?'
Quedan muy lejanos mis estudios de filosofía en el instituto, pero, si la memoria no me falla, el existencialismo era el estudio y la observación del comportamiento humano representado por pensadores como Kierkegaard o Niestzsche. Una vez que Barbie llega al mundo real es de lo que se habla, del comportamiento humano, por lo que me parece totalmente atípico que un tema de este calado vaya dirigido a pre-adolescentes y adolescentes, pero lo que es más asombroso aun es que los espectadores de estas edades sigan el desarrollo argumental con buen comportamiento general cuando el tema que desarrolla es mas propio de adultos, incluso con una cierta formación humanística. Hay dos partes en la película que me parecen especialmente brillantes. La inicial, que pone unas bases muy sólidas para lo que va a contar, y el final, o los finales, ya que se pueden distinguir varios.
La parte central, con los personajes y los directivos de Mattel viajando de un lugar a otro, cae en cierta reiteración y se hace más monótona. La directora californiana Greta Gerwig es, junto con su pareja -el también director y guionista Noah Baumbach-, la encargada del guion. Ambos hacen una interesante reflexión del papel de la mujer y del hombre en la sociedad, especialmente en la parte final en la que Barbie charla con Ruth Handler, la fundadora de Mattel y creadora de la famosa muñeca, que tuvo dos hijos, Barbara y Kenneth, cuya biografía recomiendo conocer antes de ver la película para entender mejor algunos conceptos. Otro de los puntos fuertes de la película son sus dos intérpretes principales, que se encuentran entre lo mejor de su profesión, la maravillosa Margot Robbie (Babylon) y Ryan Gosling (La La Land), quizás éste con un papel más complejo por recrear un personaje sin trayectoria y además no puede darle trayectoria porque dejaría de ser Ken, personaje caracterizado por existir solamente cuando es objeto de la mirada de Barbie. Esta película está creando opiniones muy controvertidas y diversas, pero esa es otra de sus virtudes importantes, que no es nada convencional y se mete en terrenos a los que la industria cinematográfica suele ser alérgica. Aun así creo que es una de las películas de la temporada junto con Oppenheimer.