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Crítica: "Tengo sueños eléctricos", por Paco España

No es habitual que nos lleguen títulos de la filmografía de Costa Rica, aunque en este caso se trata de una coproducción con Francia y Bélgica, lo que le da un cierto toque europeo, pero sigue siendo una película muy centroamericana, que exige mucho del espectador al principio, ya que tanto el comportamiento de sus personajes como su forma de expresarse y su idiosincrasia difieren mucho de la española, aunque, si ese espectador es persistente y prosigue su visionado, sobreponiéndose a esas dificultades, obtendrá la recompensa de ver una historia muy interesante. Tengo sueños eléctricos comienza con una secuencia en el interior de un coche, en el que un hombre adulto va conduciendo, a su lado una mujer y en los asientos traseros dos niñas de 16 y 10 años, que resultan ser sus hijas.


Vemos como una pequeña contrariedad produce una reacción violenta en el hombre que sale del coche y se autolesiona dándose de cabezazos contra una puerta que no puede abrir. Esa reacción del padre provoca una enorme inseguridad e inquietud entre las otras tres personas. Como es lógico, esa situación augura la falta de entendimiento entre la pareja de adultos, lo que provocará su distanciamiento, como del padre y las dos niñas, aunque la mayor hace convivir un sentimiento de rechazo con otro de fascinación hacia su progenitor.


La directora Valentina Maurel debuta en el largometraje con este título y demuestra su capacidad para sumergirnos en los sentimientos interiores de los personajes, a pesar de la gran complejidad de éstos, de manera especial de los dos personajes principales: el padre, interpretado por Reinaldo Amien -desconocido entre nosotros pero con un trabajo de enorme calidad-, y, sobre todo, el descomunal trabajo de la joven Daniela Marín Navarro interpretando a una mujer joven que está entrando en la edad adulta y en el despertar sexual que, nadando entre una gran cantidad de dudas y la influencia paterna, busca su propia identidad y su lugar en el mundo que le ha tocado vivir. Tengo sueños eléctricos no es una película nada convencional, pero el tratamiento y desarrollo de personajes y situaciones la hacer merecedora de captar la mayor de las atenciones. Está disponible en Filmin.