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Crítica: "Los buenos modales", por Paco España

La anterior película de la directora Marta Díaz de Lope Díaz, Mi querida cofradía, con parte del mismo elenco interpretativo que la que nos ocupa, me defraudó porque trataba temas muy localistas con un sentido del humor que no llegó a hacerme gracia en ningún momento. Por eso, cuando vi que se estrenaba esta película, me temí que fuera otra entrega con similares características a la anterior, pero no es así, la visión humana que la directora, que también es guionista junto con Zebina Guerra -tándem que se repite en ambos títulos-, da a las situaciones que narra y a los personajes que construyen la historia es absolutamente universal, no exenta de un fino y matizado sentido del humor que impregna una historia repleta de amargura reflexiva.


En el fondo cuenta cosas en las que todos, en menor o mayor medida, nos podemos ver reflejados, como las rencillas familiares ancestrales, las características de los lazos de la familia, la sólida amistad a pesar de las grietas que proporcionan el transcurso normal de la vida, y otras... Los buenos modales es una historia de mujeres y de sororidad, aunque en una entrevista reciente escuché a Elvira Lindo reivindicar que una mujer, por el hecho de serlo, no tiene que ser solidaria con otras mujeres, que también tienen derecho a tener su competitividad y pueden ser solidarias o no. Esta idea salida de los labios de esta mujer, cuya solidaridad está fuera de toda duda, deja, al menos, la idea de que la mujer no tiene porqué tener etiquetas, aunque sean positivas.


En Los buenos modales, el protagonismo absoluto recae en ellas, los personajes masculinos son puramente ornamentales. Cabe destacar los trabajos de Gloria Muñoz (Mi querida cofradía), Elena Irureta (Patria), Carmen Flores (Mi querida cofradía), Pepa Aniorte (La familia perfecta), Inma Cuesta (Vivir dos veces), Bárbara Santa Cruz (Fe de etarras) -con el papel más estereotipado de desagradable nuera-, y Estefanía de los Santos (Ama). Como se puede comprobar, se trata de un plantel de excelentes actrices que conducen esta historia a buen puerto, porque lo que cuentan a nadie le puede resultar ajeno y, además de apoyarse en su contrastado talento, tienen un guión con suficientes aciertos como para poder decir que estamos ante una película estimable que no hace perder el tiempo a quien decida invertir en su visionado.