Filmin se sigue caracterizando por ofrecer productos audiovisuales originales y fuera del ámbito de la más pura comercialidad. En este caso nos encontramos con una mini-serie, de seis capítulos de 30 minutos de duración, titulada selftape, que viene a ser la auto grabación que realiza un actor o actriz para presentarse a si mismo de cara a posibles selecciones de casting. En primer lugar, hay que dejar claro que se trata de una ficción en la que los dos personajes principales son dos hermanas actrices que se llaman Joana y Mireia Vilapuig, mismo nombre de las creadoras y productoras de la serie. Vemos imágenes familiares y de archivo de la infancia y adolescencia de las hermanas Vilapuig que son reales y se pueden considerar como los únicos elementos documentales.
Comenzamos viendo a Mireia en un momento de teórico éxito profesional en una serie que ha protagonizado en Noruega, pero ese éxito es sólo aparente porque esconde una situación personal repleta de soledad. En un momento de lucidez, Mireia decide regresar a Cataluña y se aloja momentáneamente en la casa de su hermana, que es propiedad del padre de ambas. Joana acaba de pasar un proceso de selección para una película repleto de desconsideración en la que la dignidad de la actriz ha sido totalmente obviada para, en última instancia, comunicarla que no responde con el personaje buscado. Las dos hermanas son dos seres humanos heridos que se encuentran para atraerse y repelerse a partes iguales, porque se dedican a lo mismo y compiten profesionalmente, mientras sus personajes comparten soledad, carencia afectiva e hipotéticos traumas que veremos o no según avance la serie. Somos testigos de lo que supone el éxito prematuro de personas muy jóvenes y algo de lo que últimamente se esta hablando mucho, de la nueva aparición en los rodajes del coordinador de intimidad, la persona que se asegura de que se ruedan las secuencias íntimas en los límites de lo previamente pactado y que no se improvisa en el momento del rodaje en detrimento de la dignidad personal, especialmente de las actrices. Algo que han desvelado recientemente intérpretes de la importancia de Maribel Verdú, que asegura que hubiera sido estupendo que esta figura hubiera estado presente en los rodajes hace mucho tiempo y se hubieran evitado situaciones muy comprometidas.
Lo que las creadoras y protagonistas de esta serie han puesto de su realidad personal en la ficción solamente lo saben ellas, aunque podemos presumir que hay mucho material de experiencias vividas a juzgar por la densidad de los sentimientos que rezuman sus imágenes. La serie está dirigida por Bárbara Farré, especializada en vídeos musicales. Además, en la interpretación aparece el estupendo Pablo Derqui (Los renglones torcidos de Dios) como padre de las actrices, muy importante en la trama. Se trata, selftape, de una mini-serie que se ve con facilidad y aporta mucho material interesante a espectadores curiosos que valoran las propuestas valientes y arriesgadas.