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Crítica: "¡Dolores, guapa!", por Paco España

Una nueva propuesta en Filmin, interesante y minoritaria. El documental ¡Dolores, guapa! ha sido dirigido por Jesús Pascual, 'alma mater', junto con el productor Antonio Bonilla, de este trabajo en el que varias personan nos narran la manera en que las hermandades o cofradías de la Semana Santa sevillana tienen entre sus componentes una considerable cantidad de hombres homosexuales, 'mariquitas de hermandad' como algunos de ellos se denominan, con total orgullo hacia su condición sexual y orgullo hacia la enorme devoción que procesan a la Virgen de su cofradía, ya sea la de Los Dolores, La Macarena u otras.


Resultan muy llamativos los testimonios que podemos oír entre los componentes de estas hermandades, la manera en que se refugiaron en ellas tras sufrir el bullying, acoso social o escolar por ser homosexuales. Las cofradías les acogieron como uno más de sus miembros y en ellas pudieron desarrollar todo el fervor religioso que se les había inculcado desde niños, mayoritariamente por sus madres o abuelas. Los testimonios son curiosos, divertidos y, sobre todo, muy humanos. Resultan enternecedores varios de ellos, como los del joven que cuenta que, cuando era niño, en lugar de jugar con coches o camiones, se construía pasos de Semana Santa y con ellos simulaba en su casa el trayecto por las calles de Sevilla; el que cuenta la sensación que le produce la lenta llegada de su Virgen por una calle atestada de gente, cuando lo compara con el éxtasis que puede producir el consumo de una sustancia estupefaciente; el que se emociona hablando de su Virgen y no sabe decidirse por cual es su mayor cariño, si hacia su madre o hacia la Virgen, explicando que su madre es mayor y faltará, mientras que la Virgen siempre estará con él; o el que explica la sensación que sienten las mujeres de la hermandad cuando llegan los 'mariquitas' a ella. Según ellos, las mujeres dicen 'hacen la limpieza, friegan el suelo, arreglan el mantón, hacen la comida, es que son hombres completos'. No se aprecia en ninguna de las personas que dan su testimonio en este documental excentricidad incontrolada ni torpeza en el desarrollo de las ideas.


Mayoritariamente son personas que han sufrido mucho por su condición sexual, que tienen una devoción mariana exacerbada y una ironía que les permite reírse hasta de si mismos, como cuando al de más edad, que aparece en varios momentos del documental, se le pregunta cómo podían reconocerse entre 'maricas' cuando era joven, a lo que responde algo así como 'ya sabes, por los andares, los ademanes y, como se decía, ancho de hombros, estrecho de culo, maricón seguro'. ¡Dolores, guapa! es un documental que se puede disfrutar cuando se ve y también cuando se comenta. La única condición para ello es estar despojado de prejuicios.